Este fin de semana serán muchos los afligidos y castigados por la huelga de los futbolistas, quienes están hartos ya de estar hartos y de que les toreen con la ley concursal que permite a los equipos fichar jugadores por encima de su presupuesto y luego no pagar a sabiendas de que no pasa nada.
Yo lo siento por los hinchas esos que tanto suspiraban porque comenzara la liga, pero tampoco pasa nada, estamos en agosto y la vida sigue. No sé si igual, como cantaba Julio Iglesias, pero sigue, que no es poco. Y lo primero es lo primero: acabar con el cachondeo de una ley que tenía unos fines, pero de la que la usan y abusan las SAD para sus intereses. Que tiene mucha razón Fernando Roig: la aplicación del concurso de acreedores en el fútbol falsea la competición. Perjudica a quienes se ajustan a su presupuesto y a la "generación de ingresos verdaderos". No puede ser que el Málaga, que acaba de salir del concurso de acreedores gracias a un jeque de allende los mares (que como le dé por irse, los va a dejar peor que antes), ande fichando a media España y parte del extranjero, gracias a la billetera petrolera. Y no puede ser, tampoco, que los tres clubes que han ascendido de Segunda, estén en el agujero de no pagar las deudas, gracias a esa ley, ni que el Rayo Vallecano siga sin pagar a sus jugadores ni al cuadro técnico, a quienes amenaza con una especie de ERE si no se bajan el sueldo, cuando tienen contratos en vigor. Ni que el Zaragoza, que no paga a sus jugadores lo que les firmó, fiche un portero a un precio alto, pero a través de un fondo de inversión, en el que resulta que está involucrado su propio presidente.
Conociendo esto, Roig tiene toda la razón. Hace tiempo ya le oí quejarse al presidente del Nàstic, quien decía que mientras no se cambiara la ley, no tenían nada que hacer. Les tocaba sufrir en Segunda (lo de subir ya era una quimera) porque ellos se ajustaban al presupuesto. Pero había quien no lo hacía, fichaba buenos jugadores con dinero que no tenía, luego no pagaba, se acogía a la ley concursal y a seguir en el teatro. ¿Habrían ascendido Granada, Betis y Rayo de no estar en concurso de acreedores? He ahí el dilema. Porque, a ver si ahora va a resultar que los que aplican el axioma "hecha la ley hecha la trampa", son los que triunfan, y enseñan el camino al resto. Un mal camino, pues si no se pone remedio, pronto el tinglado se caerá definitivamente, que las instituciones públicas ya no están para ir salvándoles el pellejo.
No obstante, en ese recorrido que hacen los clubes, también tienen culpa los jugadores, me decía el otro día un experto en el tema. Muchos de esos 200 futbolistas a quienes les deben 50 millones de euros, saben de antemano que no es posible cumplir con determinados contratos que les firman algunos clubes. Por tanto, que luego no vengan llorando y menos con el apoyo de algunos que ganan millones. Quien me apuntaba estas cuestiones tan clarificadoras, era uno de tantos mileuristas que hay en este país y que, buen conocedor del fútbol, estaba un tanto indignado con la huelga de los millonarios. No es tan así, pero no le falta razón. Los Pujol, Casillas, Xabi Alonso y otros que aparecían junto al presidente dela AFE , Luis Rubiales, estaban ahí en apoyo de sus compañeros, los que no cobran, y esa solidaridad está muy bien, pues no es oro todo lo que reluce y de mitad de la tabla de primera hacía abajo y casi todos los jugadores de segunda, tienen problemas económicos (hay 15 clubes de la LFP acogidos a la ley concursal). En el fútbol se han dado casos dramáticos, con gente a quien le embargan la casa, que piden dinero a la familia para comer, pero no mucho más que los parados de esta crisis económica de nunca acabar. La diferencia es que cuando le ocurre a los del Rayo Vallecano sale en los medios de comunicación, mientras que cuando les sucede al común de los mortales, no se entera nadie. Ese es el gran hándicap de esta huelga, difícil de comprender para muchos aficionados, pero no exenta de razón.
Porque lo que piden los jugadores en el nuevo convenio es de cajón: el aumento del fondo social para que cubra de verdad las deudas de los clubes con los futbolistas y el descenso automático a 2ª B, de los que no cumplan sus obligaciones contractuales. En el primer punto, el acuerdo está muy cercano; respecto al segundo, no se entiende por qué no se aplica ya, aún a pesar de la ley concursal. Es verdad que los clubes acaban de aprobar una normativa de control económico y financiero, pero con una implantación paulatina hasta 2015 y eso es un plazo muy largo. Como algunas de las cuestiones que contempla esa normativa es tan elemental, no se entiende que no se apliquen ya y se acabe con el cachondeo de fichar y no pagar. Si las SAD ola LFP quieren, solas u obligadas por el Gobierno, se aprueba mañana mismo.
Yo lo siento por los hinchas esos que tanto suspiraban porque comenzara la liga, pero tampoco pasa nada, estamos en agosto y la vida sigue. No sé si igual, como cantaba Julio Iglesias, pero sigue, que no es poco. Y lo primero es lo primero: acabar con el cachondeo de una ley que tenía unos fines, pero de la que la usan y abusan las SAD para sus intereses. Que tiene mucha razón Fernando Roig: la aplicación del concurso de acreedores en el fútbol falsea la competición. Perjudica a quienes se ajustan a su presupuesto y a la "generación de ingresos verdaderos". No puede ser que el Málaga, que acaba de salir del concurso de acreedores gracias a un jeque de allende los mares (que como le dé por irse, los va a dejar peor que antes), ande fichando a media España y parte del extranjero, gracias a la billetera petrolera. Y no puede ser, tampoco, que los tres clubes que han ascendido de Segunda, estén en el agujero de no pagar las deudas, gracias a esa ley, ni que el Rayo Vallecano siga sin pagar a sus jugadores ni al cuadro técnico, a quienes amenaza con una especie de ERE si no se bajan el sueldo, cuando tienen contratos en vigor. Ni que el Zaragoza, que no paga a sus jugadores lo que les firmó, fiche un portero a un precio alto, pero a través de un fondo de inversión, en el que resulta que está involucrado su propio presidente.
Conociendo esto, Roig tiene toda la razón. Hace tiempo ya le oí quejarse al presidente del Nàstic, quien decía que mientras no se cambiara la ley, no tenían nada que hacer. Les tocaba sufrir en Segunda (lo de subir ya era una quimera) porque ellos se ajustaban al presupuesto. Pero había quien no lo hacía, fichaba buenos jugadores con dinero que no tenía, luego no pagaba, se acogía a la ley concursal y a seguir en el teatro. ¿Habrían ascendido Granada, Betis y Rayo de no estar en concurso de acreedores? He ahí el dilema. Porque, a ver si ahora va a resultar que los que aplican el axioma "hecha la ley hecha la trampa", son los que triunfan, y enseñan el camino al resto. Un mal camino, pues si no se pone remedio, pronto el tinglado se caerá definitivamente, que las instituciones públicas ya no están para ir salvándoles el pellejo.
No obstante, en ese recorrido que hacen los clubes, también tienen culpa los jugadores, me decía el otro día un experto en el tema. Muchos de esos 200 futbolistas a quienes les deben 50 millones de euros, saben de antemano que no es posible cumplir con determinados contratos que les firman algunos clubes. Por tanto, que luego no vengan llorando y menos con el apoyo de algunos que ganan millones. Quien me apuntaba estas cuestiones tan clarificadoras, era uno de tantos mileuristas que hay en este país y que, buen conocedor del fútbol, estaba un tanto indignado con la huelga de los millonarios. No es tan así, pero no le falta razón. Los Pujol, Casillas, Xabi Alonso y otros que aparecían junto al presidente de
Porque lo que piden los jugadores en el nuevo convenio es de cajón: el aumento del fondo social para que cubra de verdad las deudas de los clubes con los futbolistas y el descenso automático a 2ª B, de los que no cumplan sus obligaciones contractuales. En el primer punto, el acuerdo está muy cercano; respecto al segundo, no se entiende por qué no se aplica ya, aún a pesar de la ley concursal. Es verdad que los clubes acaban de aprobar una normativa de control económico y financiero, pero con una implantación paulatina hasta 2015 y eso es un plazo muy largo. Como algunas de las cuestiones que contempla esa normativa es tan elemental, no se entiende que no se apliquen ya y se acabe con el cachondeo de fichar y no pagar. Si las SAD o
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