jueves, 27 de diciembre de 2018


La faceta más importante y menos conocida de Manuela Sáenz, la Libertadora del Libertador

Publicado: 27 dic 2018 16:54 GMT | Última actualización: 27 dic 2018 17:22 GMT
"Fue una luchadora por la constitución de nuestra primera república, una librepensadora que detestaba el fanatismo religioso", dice la historiadora Jenny Londoño.
La faceta más importante y menos conocida de Manuela Sáenz, la Libertadora del Libertador
Manuela Sáenz, luchadora, librepensadora y feminista.
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Manuela Sáenz y Aizpuru es posiblemente la quiteña más conocida de la época de la independencia de Ecuador y varios países de Latinoamérica.
Es conocida como la amante del héroe independentista latinoamericano Simón Bolívar, a quien conoció en Quito y con quien se fue a otras tierras.
También se ha difundido ampliamente su papel como la Libertadora del Libertador, calificativo que le otorgó el mismo Bolívar, luego que la ecuatoriana descubriera un complot en su contra y lo salvara de un intento de asesinato, el 25 de septiembre de 1828, en Bogotá, Colombia.
Retrato de Manuela Sáenz hecho por Pedro José Figueroa, exhibido en el Museo Manuela Sáenz de Quito. / Edgar Romero G. / RT
"Fue excluida de la historia del siglo XIX y a lo largo del XX la mayoría de los historiadores resaltaron, fundamentalmente, su belleza, su inteligencia y su generosidad en el amor, así como su perfil de amante [de Bolívar]", dice la historiadora y socióloga ecuatoriana Jenny Londoño, quien se ha dedicado a estudiar la participación de las mujeres en la Colonia, Independencia y Revolución Liberal en la Audiencia de Quito.
Con esa exclusión —menciona Londoño— "silenciaban y ocultaban su pensamiento político, su actividad revolucionaria y su participación activa en la lucha por la independencia de los países bolivarianos".

"Hipocresía de la sociedad colonial"

A Sáenz, enfatiza la historiadora, se puede calificar "como la combatiente que rompió con las estrictas normas vigentes en ese entonces, vistió uniforme militar, aprendió a usar armas, desarrolló tácticas de espionaje para ayudar a los planes independentistas". También fue "una feminista temprana que desobedeció los esquemas sociales de su época, impuestos por la moral tradicional y el patriarcalismo milenario, al abandonar a su esposo para seguir al hombre que amaba, en un tiempo en la que la Iglesia no aceptaba que se rompiera el sagrado vínculo del matrimonio".
Manuela Sáenz nació el 27 de diciembre de 1795 en Quito, entonces parte del Virreinato de Perú, una entidad que había establecido la Corona Española. Fue hija "ilegítima", pues nació de una relación extramatrimonial de su padre, el español Simón Sáenz. Su madre, María Joaquina Aizpuru, murió al poco tiempo de su nacimiento.
Pertenencias de Manuela Sáenz, exhibidas en el Museo Manuela Sáenz de Quito. / Edgar Romero G. / RT
Londoño explica que fue internada en dos conventos, primero en el de las Madres Conceptas y luego en el de las Catalinas. "No debió sentirse con todos los derechos y con la seguridad afectiva que necesitaba", señala la especialista, y dice que eso la llevó a "desarrollar una personalidad explosiva y justiciera y esa especial tendencia suya a despreciar la 'mojigatería' e hipocresía de la sociedad colonial".
En un video que proyectan en el pequeño Museo Manuela Sáenz, ubicado en el Centro Histórico de Quito, explican que a los 14 años, Sáenz vivió el impacto de la primera revolución independentista quiteña. Cerca de su casa, el 10 de agosto de 1809, un grupo de patriotas criollos se revela, desconoce al presidente de la Real Audiencia de Quito de entonces, Manuel Ruiz Urriés de Castillay lo obliga a abandonar el palacio de gobierno y proclama la libertad de la ciudad.
"En este movimiento estuvieron involucradas muchas mujeres", dice Londoño, que sirvieron de ejemplo a la aún adolescente Sáenz. Explica que se trataba de esposas, compañeras, madres, hermanas o hijas de los patriotas, entre ellas Manuela Cañizares, Manuela Espejo, Josefa Tinajero, Mariana Matéu, Rosa Zárate, María Larraín, Antonia Salinas,  Rosa Larrea, Manuela Quiroga, Josefa Escarcha, entre otras, incluyendo monjas.

"Odiar a los españoles"

Pero la independencia duró poco. Un año después, los realistas, quienes defendían a la Corona Española, volvieron al poder.
Baúl perteneciente a Manuela Sáenz, exhibido en el Museo Manuela Sáenz de Quito, Ecuador. / Edgar Romero G. / RT
El 2 de agosto de 1810 ocurre una barbarie. Según el relato del museo, un grupo de quiteños irrumpió en la cárcel donde se encontraban los independentistas que habían sido detenidos. Ante esa sublevación, un grupo de soldados derrumbó de un cañonazo la pared del calabozo y asesinó a los patriotas; la matanza se extendió a las calles y otras 300 personas también murieron.
"Es esta revuelta bárbara, la matanza y los crímenes que siguieron después lo que hace a Manuela odiar a los españoles por siempre", incluso en contra de su padre, quien fue preso durante el poco tiempo que estuvieron los patriotas en el mando, continua el relato.

La causa libertaria en Perú

A los 22 años, Manuela se casa, luego que su padre la comprometiera con el comerciante inglés James Thorne, quien le doblaba la edad. El matrimonio fue en la iglesia de San Sebastián de Lima, Perú, lugar de residencia de su pareja.
Se estableció en esa ciudad y ahí inició formalmente sus acciones en favor de los independentistas. "Fue así como descubrimos que no era cierto que la actividad militante de Manuela en la causa libertaria de los pueblos grancolombianos hubiese empezado a partir de su relación con el Libertador", dice Londoño.
Retrato de Manuela Sáenz a los 19 años, hecho por Antonio Salas, exhibido en un museo de Quito. / Edgar Romero G. / RT
En Lima, junto a otra ecuatoriana, la guayaquileña Rosita Campuzano, Manuela cumplió "múltiples tareas en favor de la revolución", menciona la historiadora. Cuando se oían noticias del avance del independentista argentino José de San Martín del sur hacia Perú y de Bolívar desde el norte, estas dos mujeres "arriesgaron su vida, filtrando información desde los castillos de los virreyes" al movimiento libertario, que fueron significativas para alcanzar la independencia de esta nación en 1821.
Por sus acciones, Sáenz y Campuzano reciben de San Martín la 'Orden del Sol del Perú' y se les dio el grado de 'Caballeresas del Sol', que también le fue entregada a otras mujeres.

La batalla en Quito

Sáenz decidió abandonar a su esposo "cuando descubrió que éste la engañaba con una amante de vieja data con la que tenía dos hijos", cuenta Londoño, y se regresó a Quito.
Al llegar a su ciudad natal, establece una relación amistosa con el general Antonio José de Sucre, también venezolano, y se une a él en los preparativos de la batalla de Pichincha, que se libró el 24 de mayo de 1822 en las faldas del volcán Pichincha de Quito. Esa lucha fue ganada por los revolucionarios y selló la definitiva independencia del territorio que hoy es Ecuador.
Baúl perteneciente a Manuela Sáenz, exhibido en el Museo Manuela Sáenz de Quito, Ecuador. / Edgar Romero G. / RT
Sáenz donó "mulas y dinero para pertrechos militares y cumplió tareas de apoyo logístico y humanitario en la batalla", incluso ayudó en la retaguardia a la curación de los heridos, cuenta Londoño.
"Manuela se fue convirtiendo en mujer excepcional, que despreció los roles impuestos por la moral tradicional y el patriarcalismo milenario", añade la especialista.

La corona en el pecho de Bolívar

El 16 de junio de 1822, pocos días después de la batalla de Pichincha, llegó a Quito Bolívar, entonces presidente de la Gran Colombia, territorio que formaban las actuales Colombia y Venezuela y a la que se unió posteriormente Ecuador.
Cuando Bolívar entraba al que hoy es el Centro Histórico de Quito, Sáenz, desde un balcón, le lanza una corona de flores, "que le golpeó el pecho al Libertador y lo obligó a levantar la cabeza para conocer quién le hacía tal demostración y le sonrió saludándola con un movimiento de cabeza", dice Londoño.
Pintura de Manuela Sáenz exhibida en el Museo Manuela Sáenz de Quito, Ecuador. / Edgar Romero G. / RT
Cuenta que Sáenz asistió a la fiesta que le hicieron a Bolívar, bailaron y ahí comenzó "una relación que fue muy criticada debido al estado civil de Manuela"; pero, "ella asume el reto y desafía la doble moral colonial, que conoce de sobra y desprecia".
"Su relación amorosa con Bolívar está llena de dificultades y, sobre todo, de ausencias. La mayor parte del tiempo permanecen separados a causa de los múltiples viajes del Libertador", narra Londoño. Ella continúa en Quito su labor para consolidar la independencia de Ecuador.

Heroína en batalla y Libertadora del Libertador

Sáenz volvió a Lima, tras la muerte de su padre en Quito, y allá fue nombrada, por orden de Bolívar, miembro del Estado Mayor del Ejército Libertador y recibió otros títulos militares. En Perú, participó en la batalla de Ayacucho, junto a Sucre, quien, en una carta enviada a Bolívar, en la que da el parte de la lucha, destaca la labor de la quiteña.
Manuela "se ha destacado particularmente por su valentía; incorporándose desde el primer momento a la división de Húsares y luego a la de Vencedores, organizando y proporcionando avituallamiento de las tropas, atendiendo a los soldados heridos, batiéndose a tiro limpio bajo los fuegos enemigos; rescatando a los heridos", dice Sucre en su misiva.
Pintura ecuestre de Manuela Sáenz, hecha por Rebeca Pazmiño, exhibida en un museo en Quito, Ecuador. / Edgar Romero G. / RT
Tras esta batalla, Bolívar decide darle un ascenso militar a la heroína ecuatoriana, hecho que le causó "terribles problemas con el vicepresidente de Colombia, general Francisco de Paula Santander, quien protesta indignado contra dicha exaltación y le exige que degrade a Manuela Sáenz, pues considera que es denigrante para los militares que se le conceda este tipo de reconocimientos a una mujer", cuenta Londoño.
Sáenz se va a Colombia y se establece en Bogotá, pero se hace evidente la disputa con Santander, a quien comienza a vigilar y descubre los planes de este para conspirar contra el Libertador. En 1828, en los jardines de la Quinta de Bolívar, Sáenz, en una fiesta, fusila simbólicamente al entonces vicepresidente, disparándole a un muñeco que lo representaba, hecho que enojó incluso a su compañero sentimental.
El tiempo demostró que Sáenz no estaba equivocada respecto a Santander. En el palacio de San Carlos, lugar de residencia del Libertador, en septiembre de 1828, a la medianoche "12 conjurados intentaron asesinar a Bolívar mientras dormía [...] Manuela, quien ya sabía de la conjura, sin intimidarse, despistó y luego atajó a los asesinos que gritaban muerte al tirano, hasta que su amante se puso a salvo, saltando por una ventana que ella le indicó", cuentan en el video del museo dedicado a la heroína.
Esta es la hazaña por la que Bolívar, más tarde, la califica como la Libertadora del Libertador.

Desterrada

"Ciertamente Bolívar no murió, pero la vivencia de este brutal atentado marcó su decaimiento espiritual. Su salud se afecta sensiblemente y se ve obligado a entregar el mando", relata Londoño.
Pintura de Manuela Sáenz, del pintor Antonio Salas, exhibida en un museo en Quito, Ecuador. / Edgar Romero G. / RT
Comienza entonces la desintegración de la Gran Colombia, aunque Manuela apoyó a una insurrección para salvar el proyecto de Bolívar.
Pero el 17 de diciembre de 1830, Bolívar fallece. "La muerte del héroe sorprendió a Manuela y su primera reacción fue la de suicidarse haciéndose morder de una víbora, mordedura de la cual se salvó", cuenta la socióloga.
Muerto el Libertador, se completó definitivamente la separación de la Gran Colombia. Manuela siguió defendiendo el proceso, pero en 1834, "le ordenan salir de Bogotá en un plazo de 13 días, a lo cual se niega. Es detenida con sus esclavas y encerrada en la prisión de mujeres", explica Londoño. La heroína fue luego expulsada de Colombia y se va a Jamaica.
Al año siguiente, decide regresar a Ecuador, pero el entonces presidente Vicente Rocafuerte, también la expulsa "y se expresa de ella en los peores términos", de acuerdo al relato de la historiadora.
Instrumento que tocaba Manuela Sáenz, en el museo que lleva su nombre en Quito, Ecuador. / Edgar Romero G. / RT
"Algunos de sus amigos se movieron ante el gobierno peruano y Perú aceptó recibirla, pero la confinó en Paita", un pequeño puerto al norte de ese país.
Durante sus últimos años, para sobrevivir, "trabajó haciendo dulces, vendiendo tabaco a los viajeros en una pequeña tienda, sirviendo de intérprete a viajeros ingleses o franceses que llegaban de lejanas tierras", dice Londoño.
Manuela murió el 23 de noviembre de 1856, a causa de una epidemia de difteria que afectó al puerto de Paita. Fue incinerada y arrojada a una fosa común.
"Manuela Sáenz fue una patriota franca y cabal, una luchadora por la constitución de nuestra primera república, una librepensadora que detestaba el fanatismo religioso", subraya Londoño, quien agrega que fue una "mujer autónoma, profundamente dueña de sus actos, leal a sus principios, a sus compromisos, a sus sueños".

miércoles, 28 de noviembre de 2018


En medio de las crisis latinoamericanas, ¿por qué florece la Bolivia de Evo Morales?

Publicado: 27 nov 2018 18:54 GMT
El país del altiplano mantiene hace más de una década una estabilidad, crecimiento económico y mejora de los índices sociales que contrasta con sus vecinos.
En medio de las crisis latinoamericanas, ¿por qué florece la Bolivia de Evo Morales?
Presidente boliviano Evo Morales durante un acto en Oruro, el 2 de febrero de 2017
Aizar Raldes / AFP
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En enero de 2006, por primera vez en la historia de Bolivia, asumía el Gobierno un presidente indígena. Evo Morales Ayma, dirigente sindical cocalero, había triunfado meses antes con más del 50% de los votos en una elección sin precedentes.
Su victoria se inscribió en una oleada progresista y de izquierda que llegó a los Gobiernos de América Latina durante los primeros años del siglo XXI. Para ese entonces ya estaban en la presidencia Hugo Chávez en Venezuela, Lula da Silva en Brasil, Néstor Kirchner en Argentina y Tabaré Vázquez en Uruguay. Unos meses después se sumaría Daniel Ortega en Nicaragua y en 2007 Rafael Correa en Ecuador.
No obstante, en comparación con sus pares (quizás exceptuando el caso uruguayo), Bolivia logró consolidarse como un modelo social, político y económico estable que no sufrió las crisis económicas y políticas de Venezuela o Nicaragua ni perdió el Gobierno mediante golpes de Estado e 'impeachments' –como en Brasil, Honduras y Paraguay– o elecciones –como en Argentina–. ¿A qué se debe esta excepcionalidad?

Estadísticas contundentes

Según datos del Banco Mundial, en 2006 el Producto Bruto Interno (PBI) boliviano era de 11.452 millones de dólares. Para 2017 ese número había aumentado más de tres veces llegando a 37.509 millones. En el mismo período de tiempo, el ingreso anual per cápita pasó de 1.120 dólares a 3.130 y la esperanza de vida subió de 64 a 71 años. A su vez, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) del país, sostiene que la pobreza se redujo del 59,9% cuando asumió Evo Morales al 36,4% el año pasado.
Por otra parte, como remarca el investigador y máster en Desarrollo Económico y Sostenibilidad Sergio Martín-Carrillo, Bolivia "ha sido el país suramericano que mayor crecimiento económico ha experimentado, incluso manteniendo un ritmo por encima del 4% a pesar del contexto de debilidad que vive la región desde el año 2015". Esto fue acompañado de un descenso constante de la inflación, que pasó de un 12% en 2007 a menos de un 2% en lo que va de 2018.
El presidente Evo Morales durante una conferencia de prensa en La Paz, Bolivia, 2 de octubre de 2018 / Jose Lirauz / Reuters
Estos logros se sostuvieron en una política que contradice los postulados neoliberales que impulsan hoy Gobiernos de países vecinos como Argentina, Chile, Paraguay o el electo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.

Las razones

El sociólogo y escritor boliviano Antonio Abal enumeró en diálogo con este medio "los ejes del sostenido crecimiento de la economía de Bolivia".
Según su mirada, se trata de una política basada en "nacionalizaciones de sectores estratégicos, como las comunicaciones, los hidrocarburos y la minería"; la redistribución de los ingresos estatales, "sobre todo en infraestructura productiva"; el "fortalecimiento del mercado interno"; una política monetaria de "apreciación de la moneda nacional", es decir, una "desdolarización de la economía"; y finalmente una fuerte inversión en procesos industriales como el "litio, lácteos, textiles, etc. y fomento de las pequeñas y medianas empresas, con facilidades en los soportes crediticios".
Movilización de la comunidad aymara conocida como "Ponchos Rojos" en La Paz, Bolivia, 26 de septiembre de 2017 / David Mercado / Reuters
En el mismo sentido se expresó el vicepresidente del país, Álvaro García Linera, en una entrevista con Página/12, donde explicó lo que para él son los cuatro factores principales de este éxito económico.
En primer lugar, que el Estado controle como propietario los principales sectores generadores de excedente económico: hidrocarburos, electricidad y telecomunicaciones. Por otra parte, llevar a cabo una redistribución de la riqueza, "pero de una manera sostenible", de forma que "los procesos de reconocimiento y ascenso social de los sectores subalternos populares e indígenas tenga una sostenibilidad en el tiempo".
En tercer lugar, al igual que como sostiene Abal, "apuntalar el mercado interno" y, por último, la "articulación entre el capital bancario y el productivo, lo que implica que el 60% de los ahorros de los bancos se dirige al sector productivo, generando mano de obra".

Políticas públicas de redistribución

A esto se suma una serie de programas sociales que han acompañado la mejora económica y han sido los dispositivos que han garantizado una redistribución de la riqueza. En ese sentido, Martín-Carrillo enumeró tres que considera los más importantes: el Bono Juancito Pinto, la Renta Dignidad y el Bono Juana Azurduy.
Planta de gas en Yacuiba, al sur de La Paz, Bolivia. 24 de agosto de 2015. / David Mercado / Reuters
El primero de estos fue lanzado durante el primer año de Gobierno y apunta a que los niños y niñas finalicen la escuela. Supone un aporte de 200 bolivianos (29 dólares) a estudiantes de escuelas públicas a cambio de que sostengan un mínimo de un 80% de asistencia a clases. Durante 2018 hubo 2.221.000 de estudiantes beneficiados por esta iniciativa. A su vez, esto logró que entre 2006 y 2017 la deserción escolar en primaria cayese del 6,5% al 1,8% y en la educación secundaria fue del 8,5% al 4%.
Por su parte, la Renta Dignidad, vigente desde 2007, apunta a la población de adultos mayores –60 años o más– e implica 250 bolivianos (36 dólares) para las personas con pensiones de jubilación y 300 (43 dólares) para personas que no tienen pensiones de jubilación.
Finalmente, el Bono Juana Azurduy está dirigido a mujeres gestantes a las cuales estipula el cumplimiento de cuatro controles prenatales, parto institucional y control postparto, así como para niños y niñas condicionado a 12 controles integrales de salud bimensual.
También ha habido una política agresiva de incremento del Salario Mínimo Nacional, que en 2005 equivalía a 440 pesos bolivianos (57 dólares de aquel entonces) y en la actualidad llega a 2.060 (298 dólares). Asimismo, este año, debido al crecimiento económico, tal como informó la Agencia Boliviana de Información, el Ejecutivo dispuso el pago del doble aguinaldo para todos los trabajadores públicos y privados.

Un proceso con debates y tensiones

Más allá de su situación actual, los Gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS) no han estado al margen de problemas, algunos incluso muy graves. Quizás, el punto más álgido fue en el año 2008, cuando la llamada 'Media Luna', que incluía cuatro departamentos orientales del país, intentó escindirse del resto del territorio por acción de los sectores de la derecha boliviana que contaban con el apoyo solapado de EE.UU.
No obstante, con respaldo de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), esa crisis logró ser superada y apenas unos meses después el proceso avanzaba proclamando una nueva Constitución a comienzos de 2009, la que declaró el carácter "Plurinacional" del Estado, reconociendo en la ley suprema del país a los pueblos originarios históricamente negados. Evo Morales pasó a encarnar así, ya no solo simbólica sino institucionalmente, el ascenso definitivo de los sectores marginados durante siglos de la política nacional.
Si bien para Abal no se puede "hablar de etapas, sino de una sostenida aplicación de un modelo económico", a partir de ese momento se puede analizar una profundización de algunos aspectos. Se trata de un punto de inflexión en el cual se comienza a hablar de "socialismo comunitario", lo que el sociólogo define como "una aproximación teórica a la aplicación del marxismo y sus categorías para comprender las lógicas de los 'ayllus' (comunidades)", que como indicaron muchos autores, mantenían estructuras de 'comunismo primitivo' o comunitarias contrarias a la propiedad privada y la acumulación individual.
El presidente Morales inaugura un jardín de infantes en Tarija, Bolivia, 8 de abril de 2016 / Candia Martinez/ABI / www.globallookpress.com
Por su parte, García Linera sostiene que, una vez superada esa ofensiva de la derecha, se abrió un nuevo momento en la revolución boliviana que él ha denominado de "tensiones creativas". Es decir, debates al interior del proceso que lo hacen avanzar.
Al respecto, Abal asegura que en los movimientos sociales conviven dos tendencias político-ideológicas: "una la sindical, centrada en la reivindicaciones sectoriales, y la otra revolucionaria, como parte del proceso de cambio y parte del gobierno". Es en la disputa de esas dos miradas donde se dan las tensiones creativas que, desde su punto de vista, son "la dialéctica del movimiento de conciencia de la clase".
La lógica "obrerista", según el sociólogo, no logra terminar de comprender "la otra lógica organizativa e ideológica de los pueblos originarios". Y esto lo atribuye a una contradicción impulsada durante décadas de enfrentar "indios contra obreros" y que "fue fomentada en una etapa del nacionalismo revolucionario (1952 – 1985)".
Finalmente, el analista apunta que "el vínculo potente se encuentra entre el Gobierno y los movimientos sociales", donde "el gran articulador de este bloque es, sin duda, Evo Morales, incluso más allá del instrumento político". Como contracara, Estado y movimientos sociales "aún se encuentran distanciados", porque este último "mantiene su matriz colonial no superada".

Una revolución con futuro

Si bien los procesos políticos nacionales difícilmente pueden sobrevivir mucho tiempo aislados, además de sus fortalezas internas, Bolivia cuenta todavía con aliados en el continente. Más allá de sus propios conflictos están Venezuela, Nicaragua y también Cuba, países con los que integra la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (Alba). Cabe recordar que, con colaboración de La Habana, en 2008 se declaró "libre de analfabetismo" a todo el territorio boliviano.
Por otra parte, a pesar del traspié sufrido en el referéndum de comienzos de 2016, que impedía a Morales volver a presentarse en las eleccionespresidenciales de 2019, esto finalmente fue habilitado por el Tribunal Supremo. Con su candidatura y una derecha por ahora dividida, la continuidad del proceso parece estar asegurada.
Vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera en La Paz, el 5 de octubre de 2018 / David Mercado / Reuters
Por último, pero no menos importante, García Linera pronosticó en el reciente Foro Mundial de Pensamiento Crítico, llevado a cabo en Buenos Aires, que los Gobiernos conservadores de la región durarán poco tiempo y luego vendrá un nuevo auge progresista y de izquierda.
"Estamos enfrentando una oleada conservadora neoliberal que tiene dos limites intrínsecos: es fosilizada y es en sí misma contradictoria", apuntó. Y detalló que en estos países se están "repitiendo las recetas que hace veinte años fracasaron", por lo que "no hay inventiva, no hay creatividad, no hay esperanza".
A su vez, "el neoliberalismo actual solamente moviliza odios y resentimientos". Es decir, que está "fundado en la negatividad y no en la proposición. No en la esperanza de mediano plazo, sino en el rechazo emotivo de corto plazo. Y eso tiene patas cortas", completó el vicepresidente boliviano.
Por eso, con optimismo, sentenció: "En vez de vivir una larga noche neoliberal, hemos de vivir una corta noche de verano neoliberal. Y ahí es donde nos toca a nosotros reconocer lo que hicimos bien, reconocer lo que hicimos mal, y prepararnos". "La izquierda tiene que volver a prepararse para tomar el poder en los siguientes años en el continente", concluyó.
Santiago Mayor
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martes, 27 de noviembre de 2018


Borrell afirma que May está "un poco desmemoriada" con respecto al acuerdo sobre Gibraltar

Publicado: 27 nov 2018 13:53 GMT
La primera ministra del Reino Unido aseguró recientemente que España no había conseguido sus objetivos en el acuerdo firmado sobre el enclave británico.
Borrell afirma que May está "un poco desmemoriada" con respecto al acuerdo sobre Gibraltar
El Ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell.
SUZANNE CORDEIRO / AFP
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Continúa la polémica en torno al difícil acuerdo alcanzado entre España y el Reino Unido sobre Gibraltar en el marco del 'Brexit'. El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha criticado las últimas declaraciones de Theresa May al respecto, en las que aseguraba que el Gobierno de España no había logrado sus objetivos diplomáticos en la negociación sobre el 'Peñón', según informa Europa Press.
Borrell ha dicho, en concreto, que la primera ministra británica está "un poco desmemoriada" si no recuerda la nueva interpretación firmada del controvertido artículo 184, cuya omisión del papel español en las negociaciones sobre Gibraltar estuvo apunto de bloquear el Acuerdo de salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE). El propio Ejecutivo de Theresa May confirmó por escrito el pasado fin de semana que dicho artículo no puede ser interpretado de manera que permita negociar al Reino Unido nada que tenga que ver con Gibraltar directamente con la UE. "¿Ya no se acuerda?", preguntó Borrell este martes retóricamente. 
La primiera ministra Theresa May en la Cámara de los Comunes. Londres, Reino Unido, 26 de Noviembre de 2018 / Reuters
El responsable de la diplomacia española ha atribuido las palabras de May a su necesidad de conseguir que la Cámara de los Comunes apruebe el acuerdo del Brexit. "Está en una difícil situación en su Parlamento", aseguró el ministro español, que explicó que la mandataria británica "necesita minimizar las críticas de sus parlamentarios y obtener los votos".
Borrell insistió en la satisfacción del Ejecutivo español en lo referente al acuerdo sobre Gibraltar, destacando que si bien modificar el artículo 184 hubiera sido una solución, era en realidad "la más difícil de aplicar", frente a "la más rápida", que consistía en que todos los implicados en el Tratado firmasen una declaración reconociendo la interpretación que defendía España. "Si vale lo mismo, nos vale", concluyó el ministro.

¿Qué logró España realmente en la negociación?

Tras varias jornadas de tensas negociaciones en los días previos a la cumbre en la que debía sellarse el Acuerdo del 'Brexit, el Ejecutivo de Sánchez consiguió finalmente las garantías que consideraba necesarias en lo referente a Gibraltar:
  • Una declaración conjunta del Consejo Europeo y la Comisión Europea en la que se comprometen a no negociar ningún acuerdo con Reino Unido que incluya Gibraltar, reconociendo que todo acuerdo futuro que afecte al 'Peñón' requerirá ineludiblemente el visto bueno de España.
  • Una carta en la que el Gobierno británico reconoce que el controvertido artículo 184 del Acuerdo de Salida del Reino Unido de la UE —origen de la reciente discordia entre Madrid y Londres— no puede ser interpretado de manera que permita negociar al Reino Unido nada que tenga que ver con Gibraltar directamente con la UE. Sánchez destacó que su Gobierno da a este reconocimiento escrito un "valor trascendental".
  • Además, tal como señaló el mandatario español, en el marco de la declaración política futura, tanto el Consejo Europeo como la Comisión Europea, "refuerzan la posición de España".