lunes, 25 de febrero de 2019


Los golpes de Estado apoyados por EE.UU. en Latinoamérica desde 1948 (INFOGRAFÍA)

Publicado: 21 feb 2019 18:44 GMT | Última actualización: 22 feb 2019 14:59 GMT
Washington ha propiciado cambios de gobierno en casi todos los países de la región.
Los golpes de Estado apoyados por EE.UU. en Latinoamérica desde 1948 (INFOGRAFÍA)
Helicópteros del ejército de EE.UU. en Panamá durante la Operación Causa Justa, diciembre de 1989.
Carlos Guardia / AFP
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EE.UU. ha jugado un papel preponderante en decenas de golpes de Estado por todo el mundo, algo que América Latina conoce muy bien.
Pese a que Washington negó en su momento su participación en los derrocamientos de gobiernos, los documentos desclasificados años más tarde por sus mismas instituciones revelan lo contrario.
Recientemente, Venezuela denunció un golpe de Estado en marcha en el país, organizado por EE.UU., luego de la autoproclamación del diputado Juan Guaidó como "presidente encargado". El parlamentario anunció que el próximo sábado forzarán el ingreso de "ayuda humanitaria" a territorio venezolano, algo que Caracas ha calificado como un "show" para justificar una "intervención militar" y deponer al Gobierno de Nicolás Maduro.

Venezuela 1948 y 2002

  • El 24 de noviembre de 1948 fue depuesto en Venezuela el entonces presidente Rómulo Gallegos, tras 9 meses en el poder, ocupando su lugar una Junta Militar de Gobierno. En el Manifiesto a la Nación que circuló días después, el gobernante derrocado informó que en un cuartel de Caracas un miembro de la Misión Militar de EE.UU. dio asesoría a los golpistas. Más adelante, a su llegada a Cuba, en calidad de exiliado, dijo: "Este golpe tiene olor a petróleo", en alusión a los intereses de Washington en territorio venezolano.
  • EE.UU. también participó en el golpe de Estado, perpetrado el 11 de abril de 2002, contra el presidente Hugo Chávez, quien retomó el poder dos días después. Documentos desclasificados en 2006 por la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID, en sus siglas en inglés) revelaron que grupos políticos opositores al Gobierno de Caracas recibieron financiación estadounidense, entre otros la Fundación Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés), entidad financiada por el Congreso estadounidense.
Hugo Chavez pronuncia un discurso frente al Palacio Presidencial en Caracas, el 23 de enero de 2002. /Andrew Alvarez / AFP

Paraguay 1954

En mayo de 1954, el general Alfredo Stroessner encabezó un golpe de Estado en Paraguay contra el presidente Federico Chaves, del Partido Colorado. Se conformó una Junta de Gobierno y se convocaron elecciones que el golpista ganó sin oposición. Tomó el poder en agosto de ese año y extendió su mandato hasta 1989.
En el libro 'Paraguay y EE.UU.: Aliados distantes', los estadounidenses Frank Mora y Jerry Cooney revelan que Stroessner realizó una gira por varias unidades militares estadounidenses entre mayo y junio de 1953, invitado por el entonces secretario del Ejército, Robert Stevens. También señalan que una vez instaurada la dictadura, Paraguay figuraba entre los tres principales receptores de ayuda estadounidense en América Latina entre 1954 y 1961.

Guatemala 1954

En junio del mismo año se concretó el golpe de Estado contra el presidente guatemalteco Jacobo Árbenz. Documentos desclasificados por EE.UU. en la década de 90 y colgados en la página de la Oficina del Historiador del Departamento de Estado, revelaron que el golpe fue organizado por la estadounidense Agencia Central de Inteligencia (CIA). El mandatario, al frente de Guatemala desde marzo de 1951, había puesto en marcha políticas que daban mayor control del Estado sobre las riquezas guatemaltecas, así como la reforma agraria, lo que afectaba los intereses de la United Fruit Company (UFC), que tenía miles de hectáreas en el país centroamericano.
Jacobo Árbenz, Guatemala. / Fotos antiguas de Guatemala / Gobierno de Guatemala / Dominio público

República Dominicana 1963

En septiembre de 1963, el entonces presidente democrático de República Dominicana, Juan Bosch, fue derrocado siete meses después de haber asumido el poder.
Siete años después del golpe, Bosch dijo en varias alocuciones en la radio Tribuna Democrática —que recoge el Partido de la Liberación Dominicana— que el golpe "fue ordenado por la Misión Militar norteamericana".

Brasil 1964

El 31 de marzo de 1964 Brasil fue escenario de un golpe de Estado perpetrado por oficiales militares contra el presidente João Goulart, inaugurando un periodo de 21 años de dictadura.
Documentos de la organización independiente Archivo de Seguridad Nacional revelaron en 2014 que el entonces presidente estadounidense, John F. Kennedy, estableció contactos con las fuerzas armadas brasileñas para preparar el golpe militar, y que tras su asesinato (en 1963), la Administración de Lyndon B. Johnson brindó su apoyo.
João Goulart, Brasil. / loc.gov / Dick DeMarsico

Argentina 1966 y 1976

  • En junio de 1966 fue derrocado el mandatario Arturo Illia, en un golpe perpetrado por su antiguo jefe del Ejército Juan Carlos Onganía. Documentos desclasificados de la CIA, citados por el diario argentino La Voz, señalan que el comandante del primer cuerpo de Ejército, general Julio Alsogaray, habría puesto al tanto de la fecha aproximada del golpe, del nombre de los oficiales involucrados y de las características del nuevo gobierno a los agentes de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense destacados en Buenos Aires.
  • En 1976 se produce otro golpe, esta vez contra la entonces presidenta María Estela Martínez de Perón. "Los preparativos del golpe están listos. Los buques y los integrantes de la Armada ya han sido desplegados en puntos estratégicos a lo largo del país para controlar posibles disturbios después de la toma de poder", dice uno de los informes, desclasificado en 2016, que la CIA envió al entonces mandatario estadounidense Gerald Ford, el 5 de marzo de 1976, 19 días antes del derrocamiento.

Bolivia 1971

El 21 de agosto de 1971, el militar Hugo Banzer Suárez encabezó el golpe de Estado contra el también militar Juan José Torres, quien es recordado como un nacionalista y revolucionario boliviano.
Varios documentos, desclasificados en 2010 y colgados en la página de la Oficina del Historiador del Departamento de Estado de EE.UU., revelan la participación de Washington en el golpe, con la anuencia directa del presidente Richard Nixon y el secretario de Estado Henry Kissinger.
Hugo Banzer Suárez, Bolivia / Lucio Flores RR/HB / Reuters

Uruguay 1973

Dos años después de lo sucedido en Bolivia, la CIA participó activamente en el golpe de Estado en Uruguay.
La acción fue liderada por el entonces presidente, Juan María Bordaberry, con el apoyo de las Fuerzas Armadas. Tras disolver las cámaras de Senadores y Representantes del Congreso uruguayo y establecer un gobierno de facto, se mantuvo como mandatario hasta 1976, siendo sucedido por otros militares, que continuaron la dictadura hasta 1985.
En su libro 'Deadly Deceits: My 25 years in the CIA' ('Engaños mortales: Mis 25 años en la CIA'), el exagente Ralph W. McGehee reveló que cuatro años antes del golpe las autoridades estadounidenses enviaron a Uruguay al agente del FBI Dan Mitrione, quien asesoró a los agentes locales en materia de tortura a los subversivos; motivo por el cual fue secuestrado y asesinado por los grupos revolucionarios.
También comenta que la CIA prestó colaboración antes y durante la dictadura. En particular, sostiene que estuvo asociada en Uruguay "a los escuadrones de la muerte" y que "tuvo un control sobre las listas de los más importantes activistas de la izquierda", entregando nombres de sus familias y amigos.

Chile 1973

Documentos desclasificados entregados al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Chile y publicados por el Archivo de Seguridad Nacional revelaron que EE.UU. intervino en la desestabilización del Gobierno de Salvador Allende y en su derrocamiento en septiembre de 1973, y que colaboró con la posterior dictadura militar que encabezó Augusto Pinochet.
Salvador Allende, Chile. / Keystone Pictures USA / www.globallookpress.com

El Salvador 1979

El 15 de octubre de 1979 fue derrocado el mandatario salvadoreño, Carlos Humberto Romero, en un golpe de Estado encabezado por jóvenes militares. Este episodio generó una posterior guerra civil que se prolongó durante 12 años y dejó un saldo de al menos 70.000 muertos y otros miles de desaparecidos.
En un documento publicado en el portal AlterNet, el periodista Alex Henderson señala que EE.UU. apoyó a la junta militar que se instauró. Ese gobierno de facto usó escuadrones de la muerte que fueron creados, entrenados, armados y supervisados por la CIA y por fuerzas especiales estadounidenses.

Panamá 1989

El 20 de diciembre de 1989 más de 20.000 soldados de EE.UU. entraron por tierra, mar y aire a Panamá, en una operación que se denominó 'Causa Justa' y que tenía por objetivo capturar a Manuel Antonio Noriega, último militar en dirigir la dictadura que se había instaurado en el país desde 1968.
Noriega había pasado de ser aliado de EE.UU. y colaborar con la CIA y la Administración para el Control de Drogas​ (DEA), a convertirse en su enemigo; luego de, entre otras cosas, cerrar la Escuela de las Américas de EE.UU., academia militar donde se formaron varios dictadores de América Latina y que funcionaba en territorio panameño desde 1946.
Antes de la invasión, EE.UU. conspiró contra Panamá en otras áreas, con el objetivo de generar mayor desestabilización. En abril de 2017, el analista internacional Julio Yao escribió  en La Estrella de Panamá que en 1989 tuvo conocimiento de un documento denominado 'Memorándum secreto-sensitivo del Consejo de Seguridad Nacional', del 8 de abril de 1986, que determinaba la política de Washington contra Panamá y que incluía "una campaña de acciones encubiertas para desestabilizar" al país centroamericano, acusando a las Fuerzas de Defensa, "particularmente al general Noriega, de tráfico de drogas".
Soldados estadounidenses en Panamá durante la Operación Causa Justa, diciembre de 1989. / Bob PearsonAFP

Perú 1992

El 5 de abril de 1992, el entonces presidente de Perú, Alberto Fujimori, realiza un "autogolpe" de Estado en su país, con el respaldo de las Fuerzas Armadas. el mandatario disolvió al Congreso y encarceló a todos los miembros de la Suprema Corte de Justicia.
El autogolpe estuvo apoyado por su asesor presidencial y jefe sel Servicio de Inteligencia Nacional del Perú Vladimiro Montesinos. Según un cable secreto del 16 de agosto de 1990 dirigido por la embajada de EE.UU. en Lima al Departamento de Estado, la Administración para el Control de las Drogas (DEA) y la Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA), al que tuvo acceso el diario peruano La República, desde entonces ya las autoridades estadounidenses estaban al tanto del futuro golpe.
Una investigación del 'The Center for Public Integrity', con sede en Washington, reveló el estrecho vínculo entre Montesinos y la CIA. La agencia estadounidense le suministró entre 1990 y el 2000 no menos de 10 millones de dólares en efectivo.

Haití 2004

El 29 de febrero de 2004, el presidente de Haití, Jean-Bertrand Aristide, fue obligado a abandonar su país.
Desde la República Centroafricana, donde fue llevado, Aristide declaró que un grupo de "militares" estadounidenses había acudido a su residencia en Puerto Príncipe y lo obligó a firmar un documento a través del cual cedía el poder. Señaló que lo amenazaron con disparar a la población si se negaba a hacerlo.
"Estaban listos para atacar. Miles de personas habrían sido asesinadas. Yo no podía haber permitido eso", comentó.

Honduras 2009

En junio de 2009 se perpetró otro golpe de Estado, esta vez en Honduras, contra el presidente Manuel Zelaya.
Manuel Zelaya pronuncia un discurso en Tegucigalpa, Honduras, 20 de diciembre de 2017. / Jorge Cabrera /Reuters
Un año después del hecho, Zelaya dijo que, aunque EE.UU. negó su vinculación con el derrocamiento y la Embajada de Washington condenó el hecho, la Casa Blanca estuvo detrás.
"Los autores intelectuales de este crimen obedecen a una asociación ilícita de los viejos halcones de Washington con hondureños, propietarios de capitales y sus socios de subsidiarias, norteamericanas y agencias financieras", mencionó el exmandatario en esa oportunidad.
Edgar Romero G.
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miércoles, 20 de febrero de 2019


"Hola China, adiós Estados Unidos" (Keiser Report 1347)

Publicado: 19 feb 2019 14:12 GMT
En este episodio de 'Keiser Report', Max y Stacy comentan la iniciativa 'Un cinturón, una ruta', dirigida a convertir a China en una superpotencia que controle Eurasia a través del comercio. En la segunda parte, Max entrevista a Michael Perklin, responsable de seguridad de ShapeShift.io, sobre QuadrigaCX, una plataforma de intercambio cuyo director (supuestamente) murió llevándose consigo las claves para acceder a los depósitos. ¿Qué protocolos deberían seguirse para evitar situaciones así?
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Los conductores del programa opinan que, en el futuro, la región de Eurasia podría convertirse en el centro de la economía global en caso de que China llegue a concretar su ambicioso proyecto de conectar un vasto territorio que comprende Europa y Asia, desde Pekín hasta Lisboa, a través de una red de rutas comerciales.
Esa iniciativa tiene como objetivo dinamizar la región eurasiática, que "superaría con creces a la Unión Europea, y que constituiría una superpotencia todopoderosa, cosa que ya está ocurriendo con China, que está convirtiéndose en un gran motor económico", en gran medida gracias al comercio.
En caso de concretarse este ambicioso proyecto, una especie de nueva Ruta de la Seda, la UE también formaría parte de este, con lo que pasaría de ser "un bloque comercial que mueve 17 billones de dólares a otro que, junto con Eurasia, moverá casi el 60 % del PBI mundial, es decir, unos 40 billones", según Max.
No obstante, algunos países, concretamente Estados Unidos y el Reino Unido, están en contra de la iniciativa impulsada por Pekín, ya que temen que esta vaya en detrimento de su influencia en el actual orden mundial. En un intento por evitar que el proyecto de chino se materialice, Washington y Londres recurren a sus tradicionales tácticas de intimidación, asegura Stacy. Como ejemplo, cita el hecho que ambos países están enviando unidades militares a zonas cercanas a China con el objetivo de mostrar su poderío.

"El nacimiento de un gran mercado común"

El gigante asiático "está intentando constituir un sistema interconectado de transportes, energía e infraestructuras digitales que se traduciría paulatinamente en la creación de una serie de núcleos industriales, zonas de libre comercio y un corredor económico que impulse la construcción, la logística, la energía, la producción, la agricultura y el turismo, culminando en el nacimiento de un gran mercado común euroasiático. En resumen: hola, China; adiós, Estados Unidos".
La segunda parte del programa se centra en QuadrigaCX, la mayor plataforma de intercambio de criptodivisas de Canadá. A principios de año, la empresa anunció el fallecimiento de su director general, Gerald Cotten, que luego se supo era el único que tenía las claves y el conocimiento necesarios para poder acceder a su servicio de almacenamiento en frío, lo cual significaba que los depósitos de cientos de miles de clientes quedarán inaccesibles.
Al respecto, Michael Perklin, responsable de seguridad de ShapeShift.io, considera que todas las empresas dedicadas al mundo de las criptodivisas deberían seguir el estándar de seguridad del sector para evitar una situación similar a la ocurrida con QuadrigaCX.

martes, 19 de febrero de 2019


Las intervenciones militares por la democracia y la libertad que solo han sembrado muerte y miseria

Publicado: 14 feb 2019 19:16 GMT | Última actualización: 15 feb 2019 06:54 GMT
Después de millones de muertos, generaciones perdidas, guerras interminables y destruir pueblos enteros, Estados Unidos se quiere retirar de Oriente Medio como si no hubiese sucedido nada.
Esta es la fórmula que mejor resume la política exterior de Estados Unidos en Oriente Medio y gran parte del mundo. Cualquier país que intente desarrollarse de forma independiente fuera de la órbita gringa está condenado a ser demonizado, a sufrir sanciones, a la desestabilización y, en los peores casos, su destrucción. Todo en nombre de la democracia.

Las guerras en nombre de la democracia y la libertad

La democracia y la libertad; esos dos términos tan utilizados y cuyo significado ya apenas importa. Palabras tan potentes que inspiraron movimientos revolucionarios, hoy están vacías de contenido. En nombre de la democracia y la libertad se han cometido algunos de los crímenes más crueles de la historia moderna.
Alberto Rodríguez García, periodista especializado en Oriente Medio, propaganda y terrorismo.
"Prácticamente todos los escenarios de Oriente Medio han vivido en primera persona la injerencia norteamericana. Una injerencia agresiva y depredadora".Alberto Rodríguez García, periodista especializado en Oriente Medio, propaganda y terrorismo.
En nombre de la democracia, Estados Unidos y Reino Unido financiaron el golpe de estado de 1953 contra el primer y último líder elegido de forma democrática con el voto libre de los iraníes, Mohammad Mosaddegh. Su figura fue condenada al olvido por haberse atrevido a cometer el peor de los crímenes: oponerse a convertir Irán en un satélite estadounidense durante la guerra fría.
El golpe contra Mosaddegh marcó el principio de una ola de intervenciones en Oriente Medio que todavía hoy siguen desangrando la región y dejando un rastro de muerte allá por donde pisan las botas de los marines.
En 1958, en nombre de la libertad, 14.000 marines desembarcaron en Líbano para proteger al maronita Camille Chamoun de una rebelión de musulmanes y cristianos que querían acabar con las políticas libanesas hostiles hacia el proyecto de Gamal Abdul Nasser. Poco importaba a EE.UU. la voluntad del pueblo en este momento, así como poco importaba a EE.UU. que Camille Chamoun estuviese intentando alargar su presidencia de forma anticonstitucional.
Soldado estadounidense observa la caída de la estatua de Saddam Husseim, Bagdad, Irak, 9 de abril de 2003. Goran Tomasevic / Reuters
Gamal Abdul Nasser fue demonizado, tuvo que enfrentar la insurgencia de los Hermanos Musulmanes y estuvo a punto de ser asesinado en varias ocasiones. Al parecer era demasiado peligroso que quisiera unir a los árabes fuera de la lógica de la Guerra Fría.
Desde entonces, prácticamente todos los escenarios de Oriente Medio han vivido en primera persona la injerencia norteamericana. Una injerencia agresiva y depredadora. Una injerencia que en prácticamente ningún caso ha sido exitosa. 
El derrocamiento de Saddam Hussein en 2003 bajo la excusa de las armas de destrucción masiva –que nunca existieron–, aunque en un principio pareció ser la gran victoria de EE.UU. en la región, hoy se ha convertido en el máximo exponente del fracaso de sus intervenciones junto con la de Libia y ahora también Siria.
Alberto Rodríguez García, periodista especializado en Oriente Medio, propaganda y terrorismo.
"Las guerras por "democracia y libertad" lo único que han provocado es miseria y dolor; generaciones enteras sin poder tener un proyecto de futuro".Alberto Rodríguez García, periodista especializado en Oriente Medio, propaganda y terrorismo.
La Irak post-Saddam Hussein se ha convertido en un cementerio a gran escala. La invasión norteamericana y su falta de planificación a largo plazo provocó indirectamente la creación del Estado Islámico. Y ahora, tras dos décadas de violencia y más de medio millón de muertos, el gobierno que supuestamente tendría que ser un títere estadounidense, no oculta sus simpatías por Irán.
Libia, que con Muhammad Gadafi era uno de los países más ricos, prósperos y estables de África, ahora es un estado fallido dominado por señores de la guerra en el que Al Qaeda en el Magreb Islámico y el Estado Islámico se han asentado sin ningún problema.

¿De qué sirvieron estas guerras?

¿En qué mejoraron las vidas de las personas que las sufrieron? ¿Es eso la democracia? ¿Cuál es el precio de la libertad? ¿Qué libertad?
"No quiero vivir con miedo", es lo único que me dice una amiga de Damasco mientras escribo este texto. La gente solo quiere vivir en paz. ¿De qué sirve perder la juventud? Las guerras por "democracia y libertad" lo único que han provocado es miseria y dolor; generaciones enteras sin poder tener un proyecto de futuro.
Alberto Rodríguez García, periodista especializado en Oriente Medio, propaganda y terrorismo.
"El petróleo no es suyo. El gas no es suyo. Los minerales no son suyos. La tierra no es suya. Y sin embargo, desde el otro lado del mundo, en Washington, se permiten decidir qué es lo que los pueblos quieren y cuál debe ser su futuro".Alberto Rodríguez García, periodista especializado en Oriente Medio, propaganda y terrorismo.
¿Qué autoridad moral tienen para decidir que en determinado lugar del mundo hace falta llevar la democracia, los mismos que callan cuando Israel viola sistemáticamente los Derechos Humanos en Gaza? Desde la Casa Blanca no dudan en jalear intervenciones en países que le resultan incómodos, pero guarda silencio cuando las Fuerzas de Defensa de Israel utilizan fósforo blanco o balas de mariposa. Guardan silencio. Guardan silencio como si guardasen luto en el funeral de su decencia.
El petróleo no es suyo. El gas no es suyo. Los minerales no son suyos. La tierra no es suya. Y sin embargo, desde el otro lado del mundo en Washington, a casi 6.000 kilómetros de Oriente Medio, se permiten decidir qué es lo que los pueblos quieren y cuál debe ser su futuro.
Los oficiales norteamericanos no es que se crean con la potestad de decidir el futuro de los árabes; es que actúan como si la tuviesen. Actúan como si fuesen los caballeros de un canto de trovadores que van, como en los relatos medievales, recorriendo el mundo cazando monstruos. Pero la única verdad que existe es que ellos son los monstruos.
Estados Unidos, en lugar de preocuparse por destruir el mundo, debería preocuparse por respetar el Derecho Internacional y por cuidar a su propia población. Porque un país que permite que 45.000 de sus ciudadanos mueran anualmente por falta de acceso al sistema sanitario, no tiene autoridad moral alguna para juzgar a terceros.
Cuanto peor mejor. Así funciona la política exterior norteamericana.
Irán lleva 40 años de demonización constante. Irán lleva 40 años sufriendo sancionesque tienen como objetivo agravar la crisis, hundir la economía y generar descontento provocando la miseria de la población. Irán lleva 40 años enfrentando la insurgencia de grupos armados que reciben financiación y armamento desde EE.UU. y cuya colaboración no oculta la CIA. Y sin embargo, desde Washington nos dicen que la amenaza para la estabilidad mundial son los iraníes. Y desde los voceros de la Casa Blanca nos insisten en que la situación de Irán es provocada al 100% por los Ayatolás, y que hay que liberar al pueblo del yugo al que está sometido. Pero seamos honestos, ¿quién puede creer a estas alturas que la libertad importa lo más mínimo?
Alberto Rodríguez García, periodista especializado en Oriente Medio, propaganda y terrorismo.
"Trump se ha dado cuenta que ni siquiera los que fueran sus títeres le tienen respeto. Por eso se retira. Pero se retira como si no hubiese sucedido nada".Alberto Rodríguez García, periodista especializado en Oriente Medio, propaganda y terrorismo.
Es vergonzoso escuchar al presidente estadounidense del momento decir que Irán necesita democracia. Es vergonzoso porque fueron los estadounidenses quienes derrocaron al gobierno democrático de Mosaddegh para colocar de nuevo al gobierno títere del Shá.
Estados Unidos ya es un imperio decadente. Donald Trump comprende que medio siglo de intervenciones en Oriente Medio no han servido para absolutamente nada. Que invertir en seguir desestabilizando Oriente Medio como hasta ahora es como tirar dinero a un pozo sin fondo. Trump se ha dado cuenta que ni siquiera los que fueran sus títeres le tienen respeto. Por eso se retira. Pero se retira como si no hubiese sucedido nada.
Desde la primera intervención en 1953 ha habido mucha historia. Una historia de violencia, que ha provocado la muerte de millones. 
Hay generaciones perdidas, generaciones que solo conocen la guerra. El integrismo islámico ha hecho a algunas regiones volver a la edad media. En algunas regiones el tráfico de personas está a la orden del día. En ningún país han mejorado las condiciones de vida gracias a las intervenciones estadounidenses. No hay ni más democracia, ni más libertad. Pero Donald Trump se retira, como si no hubiese sucedido nada.