Se da la circunstancia de que algunos habían pedido al párroco “más caña”, a la vista de los “colofones”, y el mismo sacerdote daba las Homilías invocando a “San Bob Mar ley” con voz extremadamente risueña, según ha podido saber de fuentes solventes esta Agencia.
Ahora el Obispado se enfrenta a una multa de 300 Euros por no tener antecedentes por tráfico de estupefacientes, y solo delitos con menores, económicos y de trata de blancas de color.
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