Las críticas a la política de remuneración de la banca española se han escuchado desde sectores tan dispares como sindicatos, partidos políticos como IU, economistas comoAlejandro Inurrieta, el campamento de los Indignados en Sol, los mercados o la propia UE. De hecho, Bruselas expedientó a España, el pasado 19 de mayor, por esta lentitud al adaptar las normas que entraron en vigor el 1 de enero de este año. A España, como a Grecia, Portugal, Italia, Polonia, y Eslovenia, se les impuso un plazo de dos meses para transponer el decreto europeo, objetivo que se cumplió ayer.
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