Esto es un atraco: la religión o la vida
R. Ventura-Melià
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 05:30 |
El borrador del ministro Wert para una nueva ley de Educación ha levantado polvaredas, con críticas a su predilección por la escuela privada en detrimento de la pública, sus trasnochadas ideas sobre la separación de chicos y chicas „en colegios de los Legionarios de Cristo y del Opus, a los que se conceden subvenciones„ y su objetivo de obligar a los catalanes a escolarizar en castellano o que los alumnos cuyos padres lo exijan, reciban una beca para una escuela privada, lo que además de encarecer la enseñanza (y él se ha dedicado a recortar y despedir maestros y acumular más estudiantes por aula...) es un obús contra la línea de flotación de la inmersión lingüística o posibilidad ya muy asentada de realizar todas las asignaturas regladas en catalán. Y en último término pero no de importancia menor, reintroducir las clases de Religión, sí, como en tiempos de la dictadura de Franco, pero ahora como asignatura importante, de modo y manera que quien no la curse haya de substituirla por otra fuerte (pongamos Física o Química...). No hay broma.
Para justificar que se someta a los catalanes por esta vía, Alonso, portavoz del PP en el Congreso, había dicho la noche del lunes pasado, que no va contra nadie, sólo se trata de asegurar el derecho a escolarizar a los niños y niñas en la lengua oficial del Estado en cualquier territorio. La medida es jacobina y se salta a la torera los diversos estatutos autonómicos y socava el espíritu que los animó, una muestra más del retroceso preconstitucional, como apunta la oposición. En una reunión con el ministro del ramo, los representantes de las autonomías gobernadas por el PP mostraron su disponibilidad total al nuevo planteamiento que no ha sido negociado con nadie, mientras que los de Andalucía lo criticaron, la de Cataluña se fue antes de comenzar y luego lo ha criticado en consonancia. Y los de la llamada Comunitat Valenciana no dijeron ni pío. ¿Por qué no se van a Madrid de una vez?
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Todo esto en el marco de celebraciones de los 35 años de la Constitución Española, que «está muy vigente», según Rajoy. Ellos que votaron contra el título VIII, precisamente el de las autonomías... La Carta Magna consagra la separación Iglesia/Estado, que ellos conculcan con la nueva ley, cediendo ante Roma, una vez más algo que Luis XIV ya tenía claro que no se debía entregar a otro poder terrenal.
Así que preparen a sus hijos para ir «con flores a María» y a clase de un profesor elegido por los curas, que sólo responde ante ellos, con un texto elegido por ellos, y que pagamos todos, estemos o no de acuerdo. Lo que delata que la Iglesia no confía en sus propios medios, sus colegios privados, ni en sus templos, ni en sus emisoras para adoctrinar a la juventud, quiere dominar por la ideología. Esto es un atraco a la democracia: la religión o la vida.
Para justificar que se someta a los catalanes por esta vía, Alonso, portavoz del PP en el Congreso, había dicho la noche del lunes pasado, que no va contra nadie, sólo se trata de asegurar el derecho a escolarizar a los niños y niñas en la lengua oficial del Estado en cualquier territorio. La medida es jacobina y se salta a la torera los diversos estatutos autonómicos y socava el espíritu que los animó, una muestra más del retroceso preconstitucional, como apunta la oposición. En una reunión con el ministro del ramo, los representantes de las autonomías gobernadas por el PP mostraron su disponibilidad total al nuevo planteamiento que no ha sido negociado con nadie, mientras que los de Andalucía lo criticaron, la de Cataluña se fue antes de comenzar y luego lo ha criticado en consonancia. Y los de la llamada Comunitat Valenciana no dijeron ni pío. ¿Por qué no se van a Madrid de una vez?
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Todo esto en el marco de celebraciones de los 35 años de la Constitución Española, que «está muy vigente», según Rajoy. Ellos que votaron contra el título VIII, precisamente el de las autonomías... La Carta Magna consagra la separación Iglesia/Estado, que ellos conculcan con la nueva ley, cediendo ante Roma, una vez más algo que Luis XIV ya tenía claro que no se debía entregar a otro poder terrenal.
Así que preparen a sus hijos para ir «con flores a María» y a clase de un profesor elegido por los curas, que sólo responde ante ellos, con un texto elegido por ellos, y que pagamos todos, estemos o no de acuerdo. Lo que delata que la Iglesia no confía en sus propios medios, sus colegios privados, ni en sus templos, ni en sus emisoras para adoctrinar a la juventud, quiere dominar por la ideología. Esto es un atraco a la democracia: la religión o la vida.
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