Junio de 2008: En plena carrera hacia el gran triunfo de la Selección Española de fútbol en la Eurocopa de 2008, el Gobierno de España pronunció la palabra que durante tanto tiempo quiso evitar: crisis. Los ladrillos, apilados desde hacía ya muchos años, se cayeron como un castillo de naipes. Fue precisamente en semifinales, mientras la heroica Selección se acercaba a la gloria, cuando el Gobierno lanzó la solución “preclara”: un primer Plan de Austeridad, el Plan Renove (en un estilo muy primoriverista), ventajas fiscales a la Rehabilitación y el respaldo económico para la reconversión del stock inmobiliario en “falsas” viviendas protegidas. Si la idea era buscar un nuevo modelo económico para una hastiada España, la brillante imaginación de ese Gobierno hizo que eligieran lo que en términos futbolísticos se conoce como “patadón y p´alante” (tecnicismo puro, como véis). El desempleo pasó de un 8% en julio de 2007 a un 11% en 2008 y ya se comenzaba a gestar la fusión de cajas de ahorros y el Plan de privatizaciones (AVE, Renfe, AENA, etc.) que ahora tantas alegrías nos está dando. Esto sólo era el comienzo de la tempestad. Mientras tanto, los triunfantes jugadores de la Selección Española ganaban la Eurocopa y obtenían una prima de 500.000 euros por cabeza que tributaron en Austria. Olé!
Junio de 2010, España Campeona del mundo: La tasa de desempleo se encontraban ya en un 20%. Las ayudas públicas al sector financiero entre 2007 y 2010 habían alcanzado el 8,4% del PIB de 2010, o lo que es lo mismo, 88.000 millones de euros. Un mes antes se había realizado el primer recorte a los gastos sociales por valor de 15.000 millones de euros acompañada por la bajada del 5% los salarios de los empleados públicos. El 16 de junio se ratificaba el Real Decreto-Ley para la primera reforma laboral de la crisis desatada en 2008, precisamente el mismo día en que la Selección Española jugaba su primer partido del Mundial contra Suiza. No era momento de salir a la calle a protestar, ya se haría después del verano, qué te diría yo… un 29 de septiembre ¡Era hora de disfrutar del deporte rey! Mientras tanto, los empresarios se comenzaban a frotar las manos, porque ya podían pagar una indemnización por despido improcedente de 33 días por año en lugar de 45, reconocer las pérdidas de la empresa para hacer eficaz el despido procedente o saltarse el convenio laboral si era necesario reducir costes. En otras palabras, una regresión, una agresión a los derechos de los trabajadores y la antesala de la durísima e injusta reforma laboral de 2012. En la Comisión de Trabajo del Congreso de los Diputados se conseguía la mayoría necesaria para atrasar la jubilación hasta los 67 años. Y al mismo tiempo, aparecen artículos como el publicado en Expansión días antes de la final del Torneo, en el que tratan de demostrar el efecto de causalidad entre ganar la copa del mundo de fútbol y salir de la crisis. ¿Qué motivos argumentaban? El aumento de la confianza, la autoestima del país y la subida de la Bolsa por una mejora del estado del ánimo de los inversores. Los jugadores de la Selección Española, vitoreados por el “jugador número 12″ (el público) ganaron el Torneo y recibieron una prima de 600.000 euros cada uno, tributando esta vez en Sudáfrica. Olé y Olé!
Junio de 2012, Eurocopa 2012: No hace falta que explique la situación de España. Reforma Constitucional de estabilidad presupuestaria impuesta por el PSOE y el PP, que anticipa lo que ahora se nos viene encima, esto es, la prioridad absoluta del Estado en el pago de la deuda y los intereses; la aprobación de una vergonzosa amnistía fiscal; una reforma laboral que asfixia aún más los derechos de los trabajadores y unos presupuestos que han recortado de manera contundente el Estado de Bienestar que quedaba (sanidad, educación, etc.), empobreciendo en todos los sentidos a la sociedad que reside en el Estado Español. El número de familias desahuciadas desde 2008 asciende ya a 166.716 (159 desahucios al día) y las tasas de desempleo ya rondan los 5 millones. Sin olvidar el comienzo de la campaña de criminalización, represión y desacreditación de las protestas sociales. Mientras tanto, se recapitaliza con dinero público a Bankia (por ahora 23.000 millones y aún quedan más bancos por venir a pedir) y nadie ha sido juzgado por posible delito financiero, malversación de fondos o responsabilidades políticas. De hecho, Rodrigo Rato está a la espera de que el Gobierno le otorgue su próximo cargo, quién sabe si en Endesa, Telefónica o Repsol. Y España, ya intervenida de manera indirecta, está a un paso del rescate financiero y sus devastadoras consecuencias. Esta vez, los jugadores de la “Roja” (¡a quién se le ocurrió este apodo!) cobrarían una prima de 300.000 euros si se proclamaran vencedores del Torneo, con la suerte que han tenido de que los gobiernos de Ucrania y Polonia hayan decidido suprimir todo tipo de impuestos para este evento y la exención de pago en España. Ole, olé y olé!
Me gusta jugar al futbol y me gustaba verlo, pero ya no quiero más pan y circo. No quiero que ningún gobierno pueda encubrir sus políticas de recortes contra la ciudadanía bajo el paraguas de un posible triunfo futbolístico. No quiero volver a ver las plazas rebosantes de euforia nacionalista como en pasados eventos futbolísticos o en pasadas dictaduras militares.
No quiero que la Selección Española gane la Eurocopa.
No quiero que la Selección Española gane la Eurocopa.
Porque quiero seguir viendo las plazas llenas de ciudadanos y ciudadanas construyendo democracia.
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