lunes, 12 de noviembre de 2012

UN MANIFIESTO PERSONAL PARA EL 14 N COLECTIVO


A 24 horas de la huelga en Europa





Es 9 de noviembre de 2012. Te has tirado por la ventana del piso que te estaban quitando. No sé tu nombre. Sólo que tenías 53 años, que estabas desesperada y que los bancos y las leyes que los protegen te estaban arrebatando el hogar. No necesito saber más. Por ti, y por ese otro hombre de tu misma edad que se ahorcó en Granada, y por los miles que están luchando hasta el último aliento para no perder el techo y, ante todo, la dignidad, saldré a la calle el 14 de Noviembre. Hoy, más que nunca, es inmoral quedarse de brazos cruzados. Ser indiferente sólo se justifica si se es ignorante; ser ignorante sólo se justifica si no se piensa; no se piensa porque es más fácil dejarse llevar. La violencia estructural de este sistema capitalista, perverso y refinado, es brutal. A cada minuto somos víctimas y victimarios de él. Y por eso estaré el 14 de Noviembre junto a otros miles de mujeres y de hombres conscientes, decididos a cargar con la responsabilidad histórica que nos ha tocado. No participaré en la huelga general sólo contra un gobierno de secretarios del capital internacional y de mojigatos que quieren regresar al siglo XVI, sino contra un sistema que nos está arrancando los únicos rasgos que nos hacen humanos: el amor, la solidaridad, el pensamiento, la capacidad crítica… Entiendo a los que no saldrán, incluso a los que nos insultarán y asegurarán que por vagxs y perroflautas como nosotrxs es que el país va como va: son víctimas del miedo y de la ignorancia inducida, de un síndrome de la clase media que se parece al de Estocolmo: la identificación plena con su secuestrador, la defensa de los intereses de su opresor, la negación de su clase, de su entorno e, incluso, de su propia dignidad. Lxs entiendo, pero no los justifico. Todxs hemos recibido la misma educación maniquea, todos tenemos miedo a perder las cuatro estupideces materiales con las que nos amansan, a nadie le gusta la violencia del Estado ni la de las calles. Pero es hora de despertar, de quitarse la venda de los ojos, de darse cuenta de que no nos estamos jugando un salario o una casa, sino que estamos peleando por un futuro digno para las próximas generaciones, estamos diciéndole al poder que pueden ganar batallas cotidianas pero que la victoria final es nuestra, de la gente, del pueblo, del 99%, de… pónganle el nombre que quieran. El 14 de Noviembre lo pasaré en la calle, porque la calle es nuestra. Animaré a todxs a no trabajar, a no consumir, a no darles ni un milímetro de margen al poder capitalista y a sus esbirros (mucho peor que el amo es su capataz); lo haré en calma, porque el proceso de despertar es lento, porque falta mucho para que las mayorías se sientan mayoría, para que lxs trabajadorxs vuelvan a sentirse obrerxs, para que las clases medias se den cuenta de que su comodidad es ficticia y a costa de cientos de millones de seres humanos en todo el planeta (y en este país también). No me importa quién convoque o quién se apunte los méritos del 14N, lo que me importa es que seamos más, que seamos multitud y que el grito colectivo llegue a los que se encierran en sus oficinas y en su mediocridad para firmar decretos y medidas que atentan contra nuestra dignidad. No me importa la sensación de derrota que a veces me invade, no me importa que el enemigo parezca invencible, tampoco me afecta que muchxs ciudadnxs se queden viendo el manipulado informativo de turno en lugar de participar en la vida real… lo que me importa es que yo voy a ser más persona en el colectivo, que el 14N millones de europeos vamos a demostrar que erguirse es algo más que estar de pie, que el ejemplo para lxs hijxs no se da en el centro comercial ni con una videoconsola en la mano, sino junto al Otro, con el Otro, para el Otro. El 14N vamos a salir a la calle y no volveremos a casa. Tomaremos nuestras calles, nuestras plazas, nuestros edificios públicos… tomaremos nuestro miedo, asaltaremos nuestra cobardía, meteremos en cintura nuestro individualismo, arrinconaremos el pesimismo y demostraremos que somos seres humanxs: poderosxs, hermosxs, dignxs, solidarixs, infinitxs. El 14N yo no trabajo, yo no consumo: yo LUCHO como la multitud que contengo.

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