Enrique Montón
05:30 | | | |
Una más de huracanes, tifones, ciclones o Willy Willy. Estas intensas depresiones se alimentan de un mar cálido que les aporta humedad y energía y cuando hacen tierra empiezan a morir pero no lo hacen pacíficamente. La imagen que más ha quedado en nuestra memoria es la del Katrina que dejo un saldo de 1.500 muertos y 81.000 millones de dólares en pérdidas, con un país como EE UU en jaque. Sin embargo, y aunque los ricos también lloran la cifra de mortalidad se queda pequeña, cuando viajamos a países de economías menos desarrolladas y con mayor densidad de población. Los 11.000 muertos del Mitch en Centroamérica son una buena muestra. Pero la combinación se da a la perfección en el sudeste asiático: en noviembre de 1970 el ciclón Bhola golpeó el delta del Ganges en Bangladesh y dejo medio millón de muertos, si bien algunas estimaciones elevan la cifra al millón. Más recientemente, en 2008, el ciclón Nargis dejó unos 100.000 muertos en Myanmar, la antigua Birmania. Es tal su potencia que pueden incluso tambalear el tantas veces cacareado, pero no por eso más real, consenso científico sobre el cambio climático. El IPCC, siglas del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, auspiciado por la ONU , revisa la información científica relativa al cambio climático siendo la principal referencia a nivel mundial. Uno de los principales expertos sobre huracanes era el Dr. Chris Landsea que participó en las revisiones de 1995 y 2001. En el informe que presentó al Dr. Kevin Trenberth, autor principal del capítulo de Observaciones, no encontró ninguna señal del calentamiento global en la actividad de los huracanes. Sorprendentemente, en una rueda de prensa posterior el Dr. Trenberth aseguró que el calentamiento global iba a provocar una mayor actividad de huracanes. El Dr. Landsea pidió una rectificación que el IPCC no exigió porque el Dr. Trenberth aunque se presentó como miembro del panel dio la rueda de prensa a título personal. Landsea dimitió como contribuyente en 2005 y así en la última revisión, la de 2007, se considera como probable un incremento en la actividad de ciclones, aunque no se hayan observado cambios al respecto. Tal vez, para los huracanes no es el momento del cambio climático por mucho que se empeñe el IPCC.
montone@his.uji.es
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