Hablaremos de geoingeniería

                                            

José Sierra

Una póliza de seguro? ¿Un plan «B»? ¿O puede que la única opción para atajar las devastadoras consecuencias del cambio climático? La geoingeniería -la manipulación intencionada y en gran escala de los sistemas climáticos de la tierra mediante la alteración artificial de los océanos, el suelo o la atmósfera- se está abriendo paso como una solución, cuando no «la solución» al cambio climático. Las propuestas de geoingeniería se basan en hacer caer artificialmente la temperatura «protegiéndonos», es un decir, de la luz del sol. Se habla de recrear lo ocurrido con la erupción del Pinatubo sembrando de sulfuro la atmósfera con pequeños globos o balones; rociar aerosoles, blanquear nubes en el mar desde 1.900 buques navegando constantemente, colocar en el espacio satélites con espejos...

Los defensores de estas propuestas sostienen que cada vez es más evidente que no vamos a llegar a tiempo de detener las emisiones de gases de efecto invernadero y de evitar las peligrosas consecuencias del cambio climático. Ya no se trata de grupos de chalados o de científicos visionarios. Instituciones muy influyentes, asesores de grandes gobiernos y varios premios Nobel apuestan ya abiertamente por el desarrollo de tecnologías capaces de mitigar con rapidez el calentamiento global. En el lado opuesto, los grupos ambientalistas hablan en los foros internacionales de prohibir estas técnicas y dicen que ha llegado el momento de frenar a los «guerreros del clima». Anuncian que las tecnologías propuestas podrían ser incontrolables y tendrán consecuencias muy negativas para el planeta, además de socavar el apoyo social y político a la reducción de los gases de efecto invernadero.

                                                  

En cualquier caso, el debate está abierto y en los próximos meses se hablará mucho de geoingeniería. En ausencia de una carrera espacial o un gran programa de armamento como el de la Guerra de las Galaxias, las grandes corporaciones necesitan de grandes y costosos proyectos de investigación con los que mantenerse a la vanguardia de la tecnología y den soporten a sus estructuras, pero primero hay que ganarse a la opinión pública y en eso están.