jueves, 9 de enero de 2014

MIS CUENTOS

ÁUREO EL MAS ANCIANO DEL BOSQUE      
                                                                                         
                                                                                               
 En una  pequeñita aldea perdida en lo mas escondido de un  bosque frondoso y lleno  de árboles centenarios vivían los últimos  leñadores de toda aquella comarca, y de todos ellos destacaba el mas anciano de todos los aldeanos, se llamaba Áureo y vivía en una cabaña echa  de troncos y adobe  de forma que no permitía que entrara el mas leve soplo de aire, por lo cual en los mas crudos inviernos cuando encendía el fuego aquella cabaña se transformaba en el mas acogedor de los recintos donde cualquier ser vivo se sentía como en el cielo de a gusto y tranquilo………Áureo vivió siempre en aquel inmenso bosque y siempre lo hizo disfrutando  esa vida que los  humanos con muchos  tiempos pasados hemos cambiado,  aunque  en estos momentos esos tiempos anteriores no se ajustan  a este cuento.
Una tarde que llovía de forma torrencial, como los aldeanos no podían hacer nada se pusieron de acuerdo y decidieron ir a  casa de Áureo para pedirle que les contara alguna historia  mágica que el recordara haber vivido,  entonces  aquel hombre sabio accedió a la demanda y les pidió a todos que se sentaran donde pudieran ya que eran muchos los que habían ido para oír las maravillosas historias que contaba…….. Así de esa manera una vez estuvieron todos cómodos  con los oídos bien abiertos y muy cerca del fuego, aquel vetusto anciano con mucha paciencia y una voz alta poderosa y mejores palabras  empezó por llenar de tabaco su cachimba y darle fuego con una brasa del hogar,  cuando observo que todos estaban en silencio les contó la siguiente historia:
                                                                                                  
Una mañana muy temprano, ya hace muchos años,  como todos los días, me levante y al levantarme mis riñones me dijeron que el día que estaba naciendo helaba y que me tenia que abrigar, así lo hice, me  deje  los calzones de dormir  puestos y encima me puse los pantalones de lana, me hice unas sopas de migas con leche, me puse la casaca de pieles, puse el hacha en el zurrón  y salí de la cabaña que estaba en un claro del bosque; Trombo ya me estaba esperando moviendo la cola mostrándome así su contento por verme y porque sabia que si yo no le llamaba el tenia toda la libertad para recorrer aquel majestuoso campo……...Como todos sabéis con tanto árbol al sol le cuesta mucho colarse entre ellos y mucho menos dejar que pase la luz y el calor, una neblina blanca espesaba, aun mas si cabe, todo lo que mis ojos alcanzaban a ver. Estuve andando un largo rato, me pare un momento para encender la pipa, al quedarme parado deje de oír mis propios pasos sobre la hojarasca y se hizo un silencio total; fue entonces en aquel silencio cuando creí oír voces, me quede quieto y preste toda la atención… y claro que si, eran voces,  busque y busque con mis oídos hasta que llegue a orientarme, tratando de no hacer ruido con mis pisadas fui acercándome poco a poco, aquellas voces no paraban de hablar y en la conversación  las preguntas que los niños  hacen a los mayores salían sin parar a las que una voz gruesa y potente contestaba con la mayor paciencia y seguridad………. Cuando llegue, al ver a los que hablaban me quede sin aliento porque no podía creer lo que estaba viendo;   Eran un pino enorme y muy viejo, tan viejo que en su tronco se veían las grietas y las cicatrices que sus años vividos habían dejado en todo su cuerpo, y a poca 
                                                  

distancia de el, había un arbolito muy pequeño… y creedme lo que os cuento, las voces eran de aquellos dos pinos que hablaban como cualquiera de nosotros hablamos con un muchacho de pocos años que lo único que quiere es saber y aprender cosas. Yo me había acercado sin hacer ningún ruido con mis pisadas  por lo que ellos continuaron hablando de lo mas natural y tranquilos; Al viejo pino cada vez que dacia algo, en medio del tronco se le  dibujaban unas costuras que formaban su boca y sus labios y una raíz formaba su nariz,  unos pájaros carpinteros habían hecho sus nidos a la altura de los ojos y mas tarde al encontrar vacío aquellos agujeros unas ardillas prepararon  su casa allí, estando seguras de que entre aquellas ramas grandes y fuertes ningún animal del bosque se acercaría para hacerles daño…….. El pino pequeñito era tan delgado que sus formas aun no se dibujaban en su cara pero su voz era fuerte y clara;……… Pino viejo y pino joven  hablaban  y hablaban sin parar y en una de las cuestiones el pinito  pregunto muy curioso,   Oye ¿si yo nací de una piña que se te había caído de una rama, si todas las piñas se caen a tierra?   ¿Por qué la luna y las estrellas  no se caen también? El viejo pino tardo un poco en contestar y cuando contesto le dijo,  no caen y no caen porque no están, y no están  donde tu las ves  porque en realidad la noche, la luna y las estrellas  no existen… ¿Cómo que no están? y si no están  ¿por qué  las veo? pregunto el pinito.  Entonces el viejo pino  le  explico  con una voz majestuosa y sencilla… Dicen que mucho mas lejos de este bosque unas hadas tienen la misión de hacer que todos los días se haga de noche para que el sol que siempre esta encendido, no nos queme y los animales de la oscuridad puedan vivir en las sombras       ¿Qué se haga de noche? ¿y como lo hacen para que llegue la noche? 
                                                       

 .- Cuentan que  tres hadas son las encargadas de que esto pase cada día, dicen que cogen una tela muy grande muy grande y muy negra muy negra y poco a poco van cubriendo la tierra, como la tela pesa mucho les cuesta tiempo subirla, por eso  parece  que el sol  se va poco a poco….. El pinito que estaba molesto porque un pajarito le
estaba picando en una rama se removía nervioso a la vez que muy curioso seguía preguntando   ¿si la tela lo tapa todo por que se ven las estrellas y la luna? A lo que el viejo árbol le contesto y le  dijo.- porque la tela esta muy vieja y tiene muchos muchos agujeros y agujeritos por los que se cuela la luz del sol dibujando todo lo que tu ves.   El pino viejo continuaba  diciendo….. Las hadas cuando terminan de cubrir el bosque se quedan descansando hasta que los pajaritos y los animales las despiertan para que se lleven la tela a su sitio y así  el sol vuelva a brillar y dar calor para que los árboles como nosotros podamos vivir……. En aquel momento mi zurrón  resbalo de mi hombro cayo a tierra haciendo un ruido muy grande………  los pinos se asustaron y se callaron, me espere un buen rato pero  nunca mas los oí hablar…………Entonces maravillado de lo que había visto y oído, Trombo y yo nos volvimos a casa, convencido de que el bosque, en el que yo vivía, era mágico. 
                                                                                   
Áureo termino de contar la historia y los leñadores, aun con las bocas abiertas, asombrados por lo que habían oído se fueron a sus casas…   Cuando se quedo solo el silencio se hizo total y al no oír el ruido que las gotas de la lluvia  hacen sobre las hojas 
comprendió  que ya había parado de llover, entonces cogió  un trozo de leña seca para avivar al fuego, se acostó en el camastro, pensó que ya era de noche porque que  las hadas ya habían extendido  la tela agujereada y negra sobre el bosque,  y así muy tranquilo y muy poquito a poco  se fue quedando dormido y 
cuando el sueño profundo se apodero de el apareció –de no se sabe donde- un hada, se acerco al viejo, lo tapo, le acaricio su larga y blanca barba y desapareció… Áureo lo que nunca les contó a los leñadores es que durante años y años a aquellos árboles parlantes  los busco y los busco y nunca nunca los encontró.
                                                                             

 Y colorín colorado este cuento se ha acabado                      sisco            

No hay comentarios:

Publicar un comentario