martes, 14 de enero de 2014

EL PACIENTE AFORTUNADO

                                               

Despues de una noche en vela, después de no pegar un ojo en toda las horas que siguen a las once, hora que este montón de manías y soledades, termina por aplastar su oreja contra eso que se llama almohada  ( creo que si  la noche del día nueve en vez de la oreja hubiera aplastado –figúrate lo que quieras-, pues tampoco hubiera dormido ¿vale?
Por fin llego la hora que uno mentalmente se ha fijado para dejar esas maldita sabanas que en lugar de darte tranquilidad y descanso lo único que te han proporcionado ha sido horas minutos y pánico a quedarte dormido……..Por fin llegas a ese lugar donde a alguien se le ocurrió llamarle aeropuerto, yo le llamaría, el rincón de la paciencia probada, colas por aquí, colas por allá colas para preguntar si estas en la cola correcta……….Todo transcurre matemáticamente (incluido el tiempo), la cola va disminuyendo poco a poco, hasta que te toca a ti, y entonces te das cuenta de que eres el primero, es cuando empiezas a creer que el martirio  a terminado ¡¡y una leche!!, nueva cola para meterte dentro de ese “estanco” llamado avión, en el que te ofrecen un asiento –por ofrecerte algo-, porque si por la compañía fuera te llevarían envasado al vacío con la autentica prohibición de toser o estornudar.
Cuando por fin has llegado a tu destino, que alegría, pues no, aun te quedan tres agradables  colas, la salida del estanco, la que tienes que demostrar que dentro del avion a tu persona alguien no la ha cambiado por un cromo del Coyote y ¡¡la ultima!, ADUANA………..Menos mal que en mi caso ha valido la pena, ha sido verdad que LO BUENO CUESTA, he llegado a Ecuador, hermoso país y hermosa gente VALIERON LA PENA LAS COLAS.

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