El perfecto modelo capitalista colapsa, a pesar de la teoría, el enemigo Estado sale al rescate. Y colapsar es fácil: si no existen nuevos mercados a los que expandir el capitalismo (las ventas), se provocan guerras y, si éstas escasean, Occidente está en peligro y por lo tanto hay que exprimir hasta la muerte si es necesario a sus conciudadanos (el 99%) para reflotar a la clase privilegiada, ese famoso 1%.
Los ricos no tienen nación, tienen objetivos económicos. Eso que ha sonado repetitivamente de nacionalizar pérdidas y privatizar ganancias no es más que el chollo del siglo. Mientras, una prima de riesgo que dominan cuatro avaros descontrolados dictamina quién debe pasar hambre y quién no, quién debe perder su casa y quién no, quién debe frustrar sus sueños y quién no. La desigualdad social aumenta, la gente cada vez trabaja más y gana menos, el planeta agoniza. Todo pasa por cambiar el modelo desde la raíz, desde el pueblo.
Interesantes son las reflexiones sobre el «capitalismo cognitivo» que trabajaron Negri, Moulier-Boutang o Hardt en el que se amplía el valor del saber y el de la cultura, con una evolución del sistema que permite la aparición de una nueva clase social, el «cognitariado». Fórmulas para concebir el mundo de forma diferente, lejos de un sistema que sobrevive de hundir al más débil en algunos aspectos de la vida, sólo en algunos. Cuando todo vuelva a rodar y el capitalismo les embauque con su opulencia, recuerden que la crisis, pronto o tarde, volverá.
Los ricos no tienen nación, tienen objetivos económicos. Eso que ha sonado repetitivamente de nacionalizar pérdidas y privatizar ganancias no es más que el chollo del siglo. Mientras, una prima de riesgo que dominan cuatro avaros descontrolados dictamina quién debe pasar hambre y quién no, quién debe perder su casa y quién no, quién debe frustrar sus sueños y quién no. La desigualdad social aumenta, la gente cada vez trabaja más y gana menos, el planeta agoniza. Todo pasa por cambiar el modelo desde la raíz, desde el pueblo.
Interesantes son las reflexiones sobre el «capitalismo cognitivo» que trabajaron Negri, Moulier-Boutang o Hardt en el que se amplía el valor del saber y el de la cultura, con una evolución del sistema que permite la aparición de una nueva clase social, el «cognitariado». Fórmulas para concebir el mundo de forma diferente, lejos de un sistema que sobrevive de hundir al más débil en algunos aspectos de la vida, sólo en algunos. Cuando todo vuelva a rodar y el capitalismo les embauque con su opulencia, recuerden que la crisis, pronto o tarde, volverá.
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