El IVA es un ejemplo de injusticia social
No podemos seguir unidos a ellos, a estos psicópatas avaro-antisociales. De esta manera, siendo desdichados debemos comprender que las cosas pueden - y deben de hecho - ser de otra manera.
Ante la subida del IVA, uno de los impuestos más crueles e insolidarios para la sociedad - pues no es lo mismo que un trabajador con su renta per cápita tenga que pagar la misma proporción que el mayor banquero o empresario con la suya a la hora de adquirir o comprar cualquier servicio o producto para sus necesidades - debe quedar claro que Emilio Botín - del Santander-, Francisco González - del BBVA -, Isidoro Álvarez - El Corte Inglés - y Juan Roig - Mercadona - y demás tiburones insolidarios a la hora de ir a por la cesta de la compra y demás servicios paguen lo mismo que un trabajador mileurista en el mejor de los casos, o peor aún si cabe, un parado de larga duración con sus 400 euros de miseria social, y encima hoy se le quiere robar incluso ese derecho que no da ni para lentejas. ¿Acaso un trabajador desempleado que cobra 400€ no ha cotizado antes habiéndose ganado el derecho a recibir esa paga? Lo digo porque parece que fuera un regalo que le dan. Le culpan además de ser responsable de su propio mal por inútil y vago, haciéndole incluso responsable de la bancarrota de nuestro país, mientras que los verdaderos responsables - esos de arriba, los avaro-antisociales privilegiados - quedan impunes e incluso elogiados.
Tal es así que mientras llega el fin de este latrocinio y la perversión social en que estamos sumidos, mientras luchamos por acabar con el capitalismo radical - origen de este mal entre otros muchos - en nuestro camino hacia el bien social de justicia, debiéramos pedir que el IVA se basara en un impuesto proporcional, justo en proporción a la riqueza de cada individuo. Pues tal y como se aplica ahora no es más que un robo a las clases menos pudientes, aplicado a través de leyes injustas por un Estado capitalista que sólo satisface plenamente las aspiraciones injustificadas de una minoría antisocial usurera en contra del bienestar de la mayoría social, sometida a una docilidad que los convierte de facto en esclavos.
No podemos seguir unidos a ellos, a estos psicópatas avaro-antisociales. De esta manera, siendo desdichados debemos comprender que las cosas pueden - y deben de hecho - ser de otra manera.
Sobre todo debemos desprendernos del miedo y la ignorancia. Con sabiduría encaminarnos en la razón hacia una verdadera democracia participativa; de abajo hacia arriba. Con ello a políticas de solidaridad y no de competitividad. Con el valor de la solidaridad llevaremos una vida mejor y más digna.
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