Vale, hace una semana de todo. Y qué. Hace dos mil y pico años y aún siguen sacando pringue al madero de una cruz donde mataron a un hombre bueno cuya muerte llevan gestionando dos milenios unos hombres tan malos que, comparando sus fechorías con las que hacen los energúmenos de El campamento, y que en Cuatro, ante las cámaras, trata de domar Pedro García, son travesuras de angelitos. Es decir, que no ha pasado la actualidad del cabreo que siente uno, del malestar, y de la sensación de engaño y estafa que al menor movimiento se descubre en los despachos de algunas instituciones. Nótese que digo algunas, dejando para la esperanza resquicios de eso, de esperanza. Cuando los telediarios abren con la ya familiar, avara y desvergonzada mala gestión de presidentes, directores generales, y apoltronados brazos económicos de los políticos en las Cajas de Ahorro, y nos dicen que hasta hace nada santurrones, devotos de vírgenes dolientes, atildados ejecutivos de manos cerúleas, damiselas de probada burricie, perfumadas con ungüentos caros, todos con coche oficial, cuando hablan en los informativos de estos delincuentes que se embolsaron millonarios retiros con el apoyo y la connivencia de políticos a los que les importaba una mierda que hundieran esos tinglados con tal de que esos chorizos sufragaran sus delirios, uno traga como si tal cosa, porque lo que te pide el cuerpo no hay dios que lo entienda. O te echas un baile en el salón de casa como una Cayetana de Alba loca de amor vivo, o te echas a la calle con la boca abierta como un tiburón, con ganas de despedazar a tanto marrano que anda suelto.
Cuando éramos ricos. La cosa se pone más fea si por casualidad vemos detrás de esa noticia otra escena, de las cerca de doscientas que a diario se producen en España, con gente gritando a la puerta de sus casas tratando de parar el desahucio de sus viviendas. El último Callejeros de Cuatro, en reportajes breves pero idénticos, fue mostrando las tragedias de decenas de personas que de golpe, azuzados por los bancos y con el apoyo, sin duda legal, de apabullantes despliegues policiales, se iban a la calle. Entre las familias echadas al sindiós del desamparo absoluto, una con un hijo con gravísimos problemas de salud. El dueño del piso, el obispado de Ciudad Real. La familia debe ocho meses. Insoportable para las arcas del obispo y las ratas administradoras de un club tan voraz y usurero. Saltando de cadena llegamos aLa Sexta y al hoy más que nunca imprescindible Jordi Évole, embalado, fresco, irónico, un cabreado que toca los pinreles del poder sin dejar de sonreír, que hace de Salvados un reporterismo que denuncia las contradicciones sociales, resalta el descaro y la impunidad de algunos políticos, y te solivianta como ciudadano, una gota más en tu ya caldeada conciencia de votante ninguneado, pisoteado, vejado. Es lo que pasa cuando, aunque lo conozcas, te recuerdan que hay aeropuertos desperdigados por España que no tienen ni un pasajero, estaciones de AVE que paran en aldeas de mil habitantes, fantasmales delirios como el Palma Arena en Mallorca, o muertos complejos como el de la Expo de Zaragoza. Fastos para que el político se hiciera la carísima foto Cuando éramos ricos, es decir, hace dos telediarios.
Manipular es baratísimo. Con un «que Dios os bendiga» daba por inaugurado el aeropuerto de Castelló el gran capo de los populares, Carlos Fabra, simbólico aeropuerto fruto de la megalomanía y el despilfarro. Y ahora llegan los recortes, aunque la simpática Loli Peinetas, pecando como sólo saben algunos católicos, llama a esa guillotina plan de defensa de la sanidad y de la escuela pública, o cualquier otra e imaginativa huida de la razón al sinsentido. Es como mi otra parienta, Esperanza Aguirre,la Manostijeras autonómica, la adelantada del Líder Que Nos Sacará De Ésta Al Tercer Día. No hay dinero para la enseñanza, por supuesto pública, que la privada, Dios mediante, goza de excelente salud presupuestaria, pero Telemadrid, que no se lo toquen, que en ello le va la loa, la baba, la aceptación, el engaño, la manipulación, la imparcialidad y la intoxicación partidista. Pero qué puñetas, eso cuesta dinero. Pues nada. Se saca. Veamos algunos sueldos de 2009 en la tele de Aguirre. Isabel Linares, entonces directora general, 170.000 euros. Ángel Martín, subdirector, 136.000. Agustín de Grado, jefe de informativos, 128.000. Curry Valenzuela, presentadora rasa, ejemplo de salvajismo ideológico, 112.000 del ala. Es carísimo, pero la presidenta no lo paga de su bolsillo. Así que está tirado.
Anuncian lo que vendrá. Cuando uno se entera de estos desmanes, ya digo, o te haces el loco o te pones unas sandalias de colores, pantalón corto, y te vas a la selva hecho un Frank de la jungla para que te piquen las serpientes, llames maricón y nenaza al productor, Nacho Medina, y no tengas la tentación de darle cabezazos a la tele, que no tiene culpa de nada. También están quienes como Rosa Díez, que aspira a presidir el Gobierno, dicen que hay que cerrar, ya, las televisiones autonómicas. No será así. Frente a ellas está una bestia como RTVE, y aunque los intentos de acoso y derribo, y desprestigio e insidias, y bombazos y mentiras son continuos y programados, el ente público resiste, y además con la mejor cara de su historia. De nuevo, los informativos han recibido el primer premio de los prestigiosos Global Award a la excelencia —toma, González Pons, Carlos Floriano, Cospedal—, y por si fuera poco, esta semana se ha publicado la encuesta de TNS-Grupo Kantar, que no deja dudas. Para la audiencia, los informativos de La 1, los más plurales y rigurosos, siendo el canal preferido por la mayoría de españoles. Aún así —¿o quizá por eso?—, Mariano Rajoy no quiere debates con Rubalcaba en la pública porque, dicen, atufa a progubernamental. Lo de siempre. Aún no han llegado y, al hablar del ojo ajeno, nos están anunciando lo que veremos en el suyo....Cipriano Torres
Cuando éramos ricos. La cosa se pone más fea si por casualidad vemos detrás de esa noticia otra escena, de las cerca de doscientas que a diario se producen en España, con gente gritando a la puerta de sus casas tratando de parar el desahucio de sus viviendas. El último Callejeros de Cuatro, en reportajes breves pero idénticos, fue mostrando las tragedias de decenas de personas que de golpe, azuzados por los bancos y con el apoyo, sin duda legal, de apabullantes despliegues policiales, se iban a la calle. Entre las familias echadas al sindiós del desamparo absoluto, una con un hijo con gravísimos problemas de salud. El dueño del piso, el obispado de Ciudad Real. La familia debe ocho meses. Insoportable para las arcas del obispo y las ratas administradoras de un club tan voraz y usurero. Saltando de cadena llegamos a
Manipular es baratísimo. Con un «que Dios os bendiga» daba por inaugurado el aeropuerto de Castelló el gran capo de los populares, Carlos Fabra, simbólico aeropuerto fruto de la megalomanía y el despilfarro. Y ahora llegan los recortes, aunque la simpática Loli Peinetas, pecando como sólo saben algunos católicos, llama a esa guillotina plan de defensa de la sanidad y de la escuela pública, o cualquier otra e imaginativa huida de la razón al sinsentido. Es como mi otra parienta, Esperanza Aguirre,
Anuncian lo que vendrá. Cuando uno se entera de estos desmanes, ya digo, o te haces el loco o te pones unas sandalias de colores, pantalón corto, y te vas a la selva hecho un Frank de la jungla para que te piquen las serpientes, llames maricón y nenaza al productor, Nacho Medina, y no tengas la tentación de darle cabezazos a la tele, que no tiene culpa de nada. También están quienes como Rosa Díez, que aspira a presidir el Gobierno, dicen que hay que cerrar, ya, las televisiones autonómicas. No será así. Frente a ellas está una bestia como RTVE, y aunque los intentos de acoso y derribo, y desprestigio e insidias, y bombazos y mentiras son continuos y programados, el ente público resiste, y además con la mejor cara de su historia. De nuevo, los informativos han recibido el primer premio de los prestigiosos Global Award a la excelencia —toma, González Pons, Carlos Floriano, Cospedal—, y por si fuera poco, esta semana se ha publicado la encuesta de TNS-Grupo Kantar, que no deja dudas. Para la audiencia, los informativos de La 1, los más plurales y rigurosos, siendo el canal preferido por la mayoría de españoles. Aún así —¿o quizá por eso?—, Mariano Rajoy no quiere debates con Rubalcaba en la pública porque, dicen, atufa a progubernamental. Lo de siempre. Aún no han llegado y, al hablar del ojo ajeno, nos están anunciando lo que veremos en el suyo....Cipriano Torres
No hay comentarios:
Publicar un comentario