Cuando yo era muy joven habían unas agencias de transportes muy pequeñitas a las cuales los que las utilizaban les llamaban "el ordinario", (nada de ordinariez), el ordinario.......estos ordinarios se dedicaban a llevar y traer paquetes a los pueblos de al lado y así se ganaban la vida........Las mercancías que podían transportar normalmente eran cosas necesarias para el que lo recibía, pero apuesto medio céntimo de euro que nunca jamas ninguno de ellos llevo a su destinatario 100 gramos de caviar ruso.
Seguramente, el receptor, necesitaba (para tener una noche buena completa), caviar ruso....... El señor Costa, seguramente a sido criado y educado entre sabanas de seda, por eso "hace su pedido" con esa voz gangosa que la naturaleza le ha dado, con la soltura, naturalidad y la seguridad de que al que manda le puede mandar porque para eso le paga, y por lo oído en las conversaciones telefónicas ese bigotes que se transforma en alfombra y que despues llama hij@ de puta a todo bicho viviente que soborna, esta acostumbrado a que le manden para después sobornar a todos los hijos de puta que le han humillado.
PIDO ENCARECIDAMENTE AL JUEZ Y AL JURADO QUE NO NOS DEJEN EN LA DUDA QUE ME MORTIFICA.
AL SEÑOR COSTA ¿LE LLEGO A TIEMPO EL CAVIAR? ¿O NO?. SISCO
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"Dudo [de] que para los de Oriente de esta noche haya tanta expectación como para los tuyos. Eres ideal". Este es el mensaje que Isabel Bas, la esposa de Francisco Camps, envió el 5 de enero de 2009 al móvil de Álvaro Pérez, el Bigotes, el presunto líder de la red Gürtel en Valencia. Pérez fue aquel año el rey mago más querido en la familia Camps. Llegó con pulseras, medallitas de diseño, videojuegos... "Los niños están como locos", le confesó Bas a Pérez en una de las conversaciones telefónicas intervenidas a la trama que pudo escucharse ayer durante la fase documental del conocido como juicio de los trajes.
Las grabaciones resquebrajaron la imagen de pulcritud de Isabel Bas, siempre en primera fila, inmóvil, de negro, la voz a la altura del susurro. Sus risas histéricas con el Bigotes sonaron ayer como una profunda transgresión a tanta solemnidad. "No te puedes imaginar la expectación que hay", se refirió Bas a los obsequios, y al mismo tiempo se convirtió en una descripción minuciosa de la atmósfera de la sala. Camps, muy triste, le sonrió mientras negaba lentamente con la cabeza. Su cuñada se tapó los oídos, cerró los ojos y hundió la cabeza entre las piernas.
Un Camps entristecido y su mujer escuchan las cintas en silencio
El jurado, muy serio, siguió los tres minutos de conversación de aquel 5 de enero en el que Bas relata a Pérez que sus hijos están impacientes por abrir el paquete que ha llegado hace unos minutos. "La caja tiene una pinta...", asegura Bas con tono anhelante. Un día antes, el Bigotes había cargado el trineo en El Corte Inglés. "Tú tienes alguna cosa todavía pendiente para enviar al señor Camps, ¿verdad?", le pregunta una dependienta de estos grandes almacenes. "Lo tiene que llevar una persona que ya conoce a los escoltas. Ya está, reina mía", contesta Pérez con una intimidad que denota asiduidad en el encargo y envío de obsequios a casa del expresident.
La tercera conversación es del 7 de enero. Desempaquetados los regalos, el Bigotes llama al domicilio de los Camps. "Presidente... Bueno, tío, que te quiero mucho, tú lo sabes", le dice y su interlocutor responde entre bisbiseos: "Es que es demasiado, es que es más que mucho". "Fíjate si te debo", sigue Pérez. "No, nada... Quiero que nos veamos con tranquilidad para hablar de lo nuestro, que es muy bonito", prosigue el molt honorable. "Te quiero mucho", reanuda Pérez. "Yo más", concluye Camps la escena pastoril y le pasa el teléfono a su esposa, que se muestra exultante: "Con el mío te has pasado veinte pueblos", se refiere Bas a la pulsera con la que le ha obsequiado Pérez. "No me la voy a quedar", añade, pero el Bigotes insiste: "Si es un detallito". "Ya lo hablamos, porque es muy fuerte", le contesta Bas, quien se ruboriza cuando hablan del regalo para su hija, una cadena que le "está pequeña", explica Bas. Pérez le contesta con voz derretida: "Pensaba que sería una muñequita como la tuya, la muñeca de una chica muy joven, como tú".
"No nos da nada, no me jode"
Las grabaciones también revelan que la trama obsequiaba a Ricardo Costa
"Necesito 100 gramos de caviar". Ricardo Costa, entonces número dos del PP valenciano y hoy acusado con Camps de un presunto soborno, arrastra las palabras al otro lado de la línea. "Vale, a ver si te los pueden traer", responde el Bigotes. "Como tú siempre consigues de todo...", reitera Costa, quien en un sms del 29 de enero de 2009, una semana antes de que estallara la Gürtel, vuelve a pedirle favores a Pérez: "Consígueme un Nokia".
El de Costa es otro ejemplo de la extrema cortesía con la que el Bigotes se desenvolvía con cargos públicos. La última de las grabaciones que se escuchó ayer contextualiza tanta generosidad. Es del 3 de enero de 2009. Pérez telefonea a Cándido Herrero, contable de Orange Market (la filial de la trama en Valencia) desde una tienda de Louis Vuitton: "Llevamos cuatro años desde que vivo aquí regalándole una cosa a la alcaldesa y este año no voy a dejar de regalarle algo. Me parece una guarrada. No nos da nada, no sirve de nada, pero tampoco me jode. Me voy a gastar menos que el año pasado. Y luego tenemos que comprarle un reloj a la consejera de... se lo compré a la hijaputa de la Perla. ¿No se lo voy a comprar a la de ahora, a la de Turismo? Y esta se porta muy bien conmigo".
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