"Escándalo absoluto": bombas de racimo británicas matan a niños en Yemen
Publicado: 24 may 2016 05:07 GMT
Miles de submuniciones no detonadas de bombas de racimo han sido localizadas en tres gobernaciones de Yemen por activistas de Amnistía Internacional.
Un equipo de la ONG Amnistía Internacional ha encontrado y documentado en Yemen múltiples pruebas del uso de bombas de racimo de fabricación británica, estadounidense y brasileña. Los aviones de la coalición encabezada por Arabia Saudita las lanzan contra los rebeldes chiitas (los hutíes) y grupos de civiles asociados con ellos.
Entre los hallazgos destacan bombas BL-755, explosionadas parcialmente, producidas en los años 1970 por la empresa Hunting Engineering Ltd. en el Reino Unido. Los propios británicos tienen prohibido por completo el uso de esta potente arma tras firmar la Convención Internacional sobre Municiones en Racimo en 2008. No obstante, sus existencias podían haber sido vendidas a los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita u otros países árabes no suscritos, admite un informe publicado en el sitio web de Amnistía Internacional.
Gran parte de los fragmentos están distribuidos en las gobernaciones yemeníes de Saada, Haya y Saná. Funcionan como minas, matando a personas meses después de haber sido lanzadas. Desde el comienzo de los bombardeos han muerto a causa de estas armas 16 personas, de las que nueve eran menores.
El jefe del grupo de control de armas en la ONG, Oliver Sprague, cuyas palabras recoge el diario 'The Telegraph', afirmó que sería un "escándalo absoluto" si se confirmara la participación de personal británico en las mortíferas operaciones aéreas.
Entre los hallazgos destacan bombas BL-755, explosionadas parcialmente, producidas en los años 1970 por la empresa Hunting Engineering Ltd. en el Reino Unido. Los propios británicos tienen prohibido por completo el uso de esta potente arma tras firmar la Convención Internacional sobre Municiones en Racimo en 2008. No obstante, sus existencias podían haber sido vendidas a los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita u otros países árabes no suscritos, admite un informe publicado en el sitio web de Amnistía Internacional.
Gran parte de los fragmentos están distribuidos en las gobernaciones yemeníes de Saada, Haya y Saná. Funcionan como minas, matando a personas meses después de haber sido lanzadas. Desde el comienzo de los bombardeos han muerto a causa de estas armas 16 personas, de las que nueve eran menores.
El jefe del grupo de control de armas en la ONG, Oliver Sprague, cuyas palabras recoge el diario 'The Telegraph', afirmó que sería un "escándalo absoluto" si se confirmara la participación de personal británico en las mortíferas operaciones aéreas.
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