Fotograma de la película cubana Juan de los Muertos.
'Producciones 5ª Avenida' es una productora independiente, aunque tiene que hacerse llamar 'Grupo de Creación' porque aún en Cuba no existe una plataforma legal que les permita funcionar, ni siquiera pueden firmar contratos o abrir una cuenta bancaria pero aun así ya cosechan susprimeros éxitos internacionales como Juan de los Muertos, una película que recientemente obtuvo un Goya.
Claudia Calviño forma parte de la dirección de la productora y cree "que es el momento para que avancen propuestas como esta y tengo todas mis esperanzas puestas en ello". La joven forma parte de una de las comisiones de creadores que trabajan en el diseño de lo que será el cine en Cuba. Allí aporta su propia experiencia: "Nosotros somos más eficientes y eso nos permite producir películas que el ICAIC no podría por los costos que implica mover su enorme estructura. Podemos trabajar con la quinta parte del dinero porque somos cuatro gatos que lo hacen todo".
Sin embargo, el trabajo de Producciones 5ª Avenida no es sencillo. Les "lleva3 o 4 años levantar el financiamiento para un largometraje", buscando fondos y subvenciones internacionales para la promoción del cine latinoamericano y también coproducciones que aporten el dinero. La crisis española los afectó duramente, incluso al final del rodaje de Juan de los Muertos estuvieron a punto de quedarse sin recursos. "Con España era muy cómodo coproducir por el idioma y la experiencia de trabajo conjunto, pero ahora con la crisis es casi imposible", nos explica.
"Es el momento para que avancen propuestas como esta y tengo todas mis esperanzas puestas en ello"En este momento 'Producciones 5ª Avenida' busca la financiación para el primer largometraje del joven guionistaArturo Infante. Es el director del corto Utopía, que recorrió Cuba de memoria flash en memoria flash y "fue realizado con apenas 3000 dólares y el trabajo gratuito de actores, cámaras y editores". Igual que Claudia, él es producto del sistema educativo cubano. Primero se graduó en teatro en el Instituto Superior de Arte y después estudió en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños. Al salir de la Universidad volvieron a la realidad de país pobre con pocos recursos para producciones culturales tan caras como el cine. Sin embargo, eso no los ha detenido: "Hoy hay mucha más gente haciendo cine", nos explica Arturo.
Gran parte de los creadores piensan que hace falta un cambio estructural. Claudia Calviño sostiene que ya es hora de que "el ICAIC nos represente a nosotros frente a las autoridades nacionales y no al revés, que es como ocurre ahora". Agrega que el Instituto "ya no es lo que era. Yo creo que su papel de vanguardia artística y crítica de la sociedad se perdió en los últimos 10 años". Y nos cuenta que mientras en los cines se puede ver el último Batman, no se programa la película cubana Melaza. ¿Qué patrón ideológico siguen para semejante selección?, se pregunta.
Claudia considera que "lo primero es establecer una plataforma legal para la producción independiente. Hoy no podemos ni siquiera firmar un contrato ni abrir una cuenta bancaria", explica y continúa diciendo que lo importante "es que nos dejen trabajar sin el estrés de pensar si soy legal, ilegal oa-legal". Quieren una ley de cine que impulse otra vez a Cuba nacional e internacionalmente y proponen que en el futuro el ICAIC sea "más instituto que productora. Debería apoyar el cine más que hacerlo, impulsar la creación desubvenciones y fondos, promocionarlo a nivel nacional y garantizar también que sale al resto del mundo".
Las dificultades para encontrar un diseño que permita impulsar el cine en un país con los escasos recursos de Cuba son enormes pero también existen importantes soportes. La cinematografía cubana tiene una historia en la que se han producido excelentes películas e incluso algunosclásicos latinoamericanos. Esa matriz es más fácil de aprovechar porque no hay brechas generacionales entre los creadores, al punto de que hoy en el país conviven una gran cantidad de talentos de todas las edades con una sólida formación académica.
"Solo nos falta el dinero", dicen estos jóvenes convencidos de que eso se puede arreglar con una política cultural que flexibilice estructuras, elimine trabas burocráticas para que otros filmen en Cuba, proponga coproducciones donde los cubanos aporten el trabajo y reduzcan lasestructuras culturales, muchas veces sobrecargadas de funcionarios que aportan poco a la creación y elevan los costos.
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