El nuevo organismo dice que "afecta a la paz y laconvivencia" en América
El venezolano Hugo Chávez y el chileno Sebastián Piñera, en la cumbre de la Celac en Caracas. reuters
"El siglo XXI va a ser de América Latina". Con esta frase, que derrocha tantas esperanzas como retos, cerró Sebastián Piñera, presidente de Chile y líder del nuevo foro, el nacimiento de la Comunidad de Estados de América Latina y del Caribe (Celac). Dos días que iniciaron la construcción de una América independiente y sin tutelajes.
Dos días en los que Brasil impuso sus tesis del "paso a paso" para medir el crecimiento de la nueva criatura y en los que Argentina también impuso su peso para impedir la bipolaridad entre el gigante suramericano y México. Dos días en los cuales los países del Alba estrecharon el cerco contra la "vieja" OEA, frente a una mayoría que optó por hablar de cooperación. "No habrá otros cien años de soledad", apostó el venezolano Hugo Chávez. "Sino cien años de integración", remató la brasileña Dilma Rousseff.
Argentina maniobra para impedir el liderazgo de Brasil y México en la Celac
En un documento especial rubricado al termino de la cumbre, la Celac consideró que el bloqueo de EEUU "causa daños cuantiosos e injustificables al bienestar del pueblo cubano y afecta la paz y la convivencia entre las naciones americanas". También denunció que forma parte de una serie de medidas "coercitivas y unilaterales aplicadas por motivos políticos" y que está concebido para impedir que los cubanos "ejerzan su derecho a decidir, por su propia voluntad, sus propios sistemas políticos, económicos y sociales".
Las claves de la cumbre
"No habrá otros cien años de soledad", proclama un mejorado Chávez
La cumbre de la Celac fueron dos días de unidad, guiños y anécdotas, resumidos en siete claves.
Primera: crisis financiera. Los mandatarios no se fían. "Para preservar su ciclo de desarrollo con inclusión social hace falta que los países tengan conciencia de que se necesitan los unos a los otros", resumió Rousseff. La Celac buscará medidas preventivas y diseñará una nueva arquitectura financiera regional.
Segunda: cláusula antigolpe. Para que no vuelva a repetirse el caso de Honduras en 2009. La Celac responderá con una "acción enérgica" a toda ruptura o amenaza de ruptura del orden constitucional en un país.
Tercera: las condiciones de México. Felipe Calderón, principal aliado de EEUU, apostó fuerte en Caracas. La empresa Monaca, la mayor fabricante mundial de harina de maíz, evitó la nacionalización decretada por Chávez en 2010 tras pactar con el Gobierno. La gigante Cemex también recibirá 600 millones de dólares por su nacionalización.
Cuarta: las FARC. "La respuesta que quiero darles es clara y sencilla: la mejor forma de ayudar es no hacer nada". Así de taxativo fue el colombiano Juan Manuel Santos para descartar cualquier intervención de la Celac en su conflicto interno.
Quinta: el cáncer de Chávez. "Me revisaron desde la coronilla hasta la punta del dedo gordo y no se detectó presencia de células malignas", desveló el líder bolivariano, que recibió agua sagrada de Trinidad. Su presencia física, que ha mejorado, fue motivo de constante debate. Según la prensa argentina, Cristina Fernández de Kirchner se marchó preocupada por su salud.
Sexta: José Mujica. El presidente uruguayo fue el orador más brillante. Pero la oposición de su país no le perdona que se protegiera del frío con una chaqueta militar venezolana. Incluso hablaron de agravio...
Séptima: Calle 13. El grupo boricua se ha convertido en el símbolo de la izquierda latinoamericana. Cerraron la Celac con El baile de los pobres. No podían faltar.
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