Francisco, nos han escuchado.
No tenía ningún sentido, pero hemos tenido que convivir con él los últimos tres años. Hoy, por fin, le decimos adiós: la Unión Europea ha anunciado que el impuesto al sol es ilegal.
Así culminan casi tres años de campaña en los que, para reclamar que el derecho a participar en la transición energética sea una realidad, sin barreras burocráticas ni impuestos al sol, hemos hecho casi de todo: nuestros activistas se han colgado de la fachada del edificio del Ministerio de Energía, les hemos instalado paneles solares, entregado vuestras más de 100.000 firmas contra el impuesto al sol y hasta le hemos dedicado una canción a Mariano Rajoy. Una nueva victoria de la ciudadanía contra el poder de las grandes eléctricas.
Este acuerdo, por primera vez, reconoce el derecho de todas las personas a participar en la revolución energética de Europa y derriba algunas de las barreras más importantes a la lucha contra el cambio climático. A partir de 2021, cuando la nueva directiva entre en vigor, podremos producir, intercambiar, vender y almacenar electricidad renovable, algo que el Gobierno de Rajoy ha obstaculizado todos estos años.
Esta buena noticia, sin embargo, tiene un aspecto no tan positivo, y es que los gobiernos y el Parlamento Europeo han rebajado su ambición en el objetivo mínimo de energías renovables para el año 2030, permitiendo que las eléctricas sigan enganchadas a los combustibles fósiles y haciendo casi imposible cumplir con nuestros compromisos climáticos de París. Sabíamos que no iba a ser fácil, pero pasos como el dado esta semana por la Unión Europea nos hacen tener la esperanza de que es posible llegar a un sistema 100% limpio.
Ahora le toca al nuevo Gobierno de Pedro Sánchez cumplir y poner en marcha todas las medidas necesarias. Desde Greenpeace, junto con miles de personas como tú, seguiremos presionando sin descanso para que cumplan y que nuestro país, el más afectado de toda Europa por el cambio climático, se ponga a la cabeza en la lucha por un futuro más verde.