Compromís ha registrado una pregunta en el
Senado en la que pide a las autoridades de Defensa e Interior conocer
dónde están reguladas la responsabilidad y presencia de la Legión y
cuerpos y fuerzas de seguridad en las procesiones religiosas y, en caso
de no existir, que se regulen. Además han preguntado por el encaje de su
participación, con toda la simbología militar, vestimenta y armas, en
procesiones religiosas y exhibiciones "formando parte de ellas".
El senador Carles Mulet ha señalado que una cosa bien distinta sería su
presencia a lo largo del recorrido de la procesión religiosa "dentro de
sus funciones de seguridad pública" y otra "su integración entre los
principales actores de estas procesiones formando parte de la
exhibición". Así debería ser dentro de la actual normativa,
jurisprudencia y aconfesionalidad del Estado a pesar del vacío legal
existente, según ha apuntado la coalición en un comunicado.
Desde la formación han indicado además que la
Constitución Española de 1978 reconoce la libertad religiosa,
garantizándola tanto a los individuos como a las comunidades, "sin más
limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el
mantenimiento del orden público protegido por la ley". En su dimensión
objetiva, la libertad religiosa comporta una doble exigencia: de
neutralidad de los poderes públicos, dentro de la aconfesionalidad del
Estado y, segundo, las relaciones de cooperación con las diversas
religiones, han destacado.
En este sentido, desde
Compromís se han referido a la STC 46/2001, de 15 de febrero, que ordena
a los poderes públicos mantener "las relaciones de cooperación con la
Iglesia Católica y las demás confesiones", introduciendo de este modo
una idea de aconfesionalidad o laicidad positiva que "veda cualquier
tipo de confusión entre funciones religiosas y estatales", según el
comunicado.
Una procesión muy sonada
La
dimensión externa de la libertad religiosa se traduce, además, "en la
posibilidad de ejercicio, inmune a toda coacción de los poderes
públicos, de aquellas actividades que constituyen manifestaciones o
expresiones del fenómeno religioso".
La coalición ha
recordado que durante las pasadas fiestas de Semana Santa, la Banda de
Guerra del Tercio Gran Capitán 1º de la Legión desfiló por las calles de
Antequera. "Su actuación en la procesión fue muy sonada, ya que uno de
sus integrantes parecía haber ingerido alguna sustancia que le
dificultaba el equilibrio, mientras que hacía señales para acallar al
público que le increpaba la poca vergüenza de desfilar en estas
condiciones".
"Antes del inicio del desfile --han
indicado-- se habrían consumido cantidades de alcohol y uno de sus
integrantes habría dado positivo en un test de drogas, donde se le
detectaron metanfetaminas, según ha publicado la prensa andaluza".
Símbolos neonazis en legionarios
En estos actos, según Compromís, "se mezcla el carácter pseudomilitar,
gritos a la unidad de España y la religión, en un ejercicio que se mueve
entre lo provocador y lo rancio. En otros años, alguno de estos
legionarios ha lucido simbología neonazi. Muchos vecinos de la localidad
han manifestado su malestar a los respectivos ayuntamientos y obispado
por estas exhibiciones que tendrían que corresponderse más a la esfera
religiosa que a la militar", han criticado.
Para
Mulet, "la presencia de agentes en los pueblos y capitales debe
garantizarse en la lucha contra la criminalidad, en la vigilancia de
bienes culturales de especial valor que puedan participar en una
procesión u otras reconocidas en las leyes, pero es necesario ejercer la
neutralidad del Estado y que sea para el César lo que es del César y a
Dios lo que es de Dios", ya que la gente ha visto en ocasiones cómo el
puesto de guardia está vacío y los agentes desfilan de gala en la
procesión.